Crecimiento ajeno

El inesperado tirón de la economía de Estados Unidos en el tercer trimestre del actual ejercicio tuvo una acogida mucho más positiva por parte de los inversores europeos que por los de aquel país, al menos en las primeras horas de sesión.

Las bolsas europeas valoraron la noticia como si fuera propia y tan sólo un día después de que pasara totalmente inadvertida la revisión a la baja por parte de la CE de las previsiones de crecimiento para este año en la eurozona. El Ibex 35 terminó la sesión con una subida del 1,26% que le lleva hasta los 7.119,10 puntos, al tiempo que el índice general de la Bolsa de Madrid ganó el 1,08%, para cerrar en 753,49.

Incluso la contratación registró una mejora significativa, con 2.469,94 millones de euros negociados en el Mercado Continuo, de los que poco más de 600 procedieron de operaciones institucionales.

Las otras bolsas europeas tuvieron resultados más moderados, con un avance del 0,61% en París y del 0,83% en Londres, mientras que Francfort ganaba el 1,02% poco antes del cierre.

La respuesta de la Bolsa de Nueva York fue muy neutra en los primeros minutos de la sesión, en los que llegó incluso a bajar el 0,21%, posiblemente porque el avance del 7,2% en el PIB significa el final del dinero barato, aunque hay que tener en cuenta que es un dato provisional y hay que esperar a que las revisiones confirmen la firmeza de la economía estadounidense.

El índice Dow Jones de valores industriales ganaba el 0,38% a media sesión.

El crecimiento de la economía de Estados Unidos pone en una situación delicada a los mercados de valores europeos, cuyas economías todavía funcionan a ritmo lento. Para algunos observadores, los avances conseguidos ayer en las bolsas europeas alejan las cotizaciones de la realidad económica y pueden contribuir a incrementar aún más la volatilidad, aunque, de ser así, el juego a corto plazo se animará y puede contagiar al resto de los inversores.