El socialista Yussufi se retira desilusionado con la política marroquí

"He decidido retirarme de la acción política y, en consecuencia, dimitir de la Unión Socialista de Fuerzas Populares y de cualquier cargo en relación con el partido". Con este escueto comunicado, Abderramán Yussufi, el socialista que dirigió el Gobierno marroquí de 1998 a 2002, anunció ayer su renuncia en la portada del diario del partido, Al Ittihad al Ichtiraki. El buró político socialista aceptó ayer la decisión y se disponía a nombrar sucesor a Mohamed el Yazghi, de 68 años, hasta ahora número dos del partido.

"No tengo nada que añadir a la carta del diario", contestó Yussufi con sequedad cuando este periódico le preguntó sí podía aclarar algo más los motivos de su decisión. Pese a sus 79 años, Yussufi no se retira porque crea que le ha llegado la edad. Desde que en octubre del año pasado el rey Mohamed VI nombró al frente del Ejecutivo a Driss Jettu, un empresario tecnócrata sin afiliación política, el primer secretario de los socialistas marroquíes vivía un trago amargo.

"Las claves de su dimisión están en su discurso de febrero en Bruselas", asegura Mohamed Darif, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Mohamedia. En esa conferencia, Yussufi precisó que se había dado de plazo hasta las municipales, celebradas el mes pasado, para juzgar los acontecimientos.

Los marroquíes votaron en las legislativas de 2002 por "la reconducción de la mayoría gubernamental con su liderazgo", recordó Yussufi en Bruselas. Aun así, Jettu fue designado primer ministro, "pese a que no se había presentado a las elecciones ni está afiliado a un partido". Tal nombramiento "no es conforme con la metodología democrática (...) y constituye un regreso a los métodos anteriores (...)", prosiguió. Pese a todo, los socialistas participaron en el Gobierno de Jettu para "no condenar toda la experiencia al fracaso", concluyó.

A estas críticas al nombramiento de un no socialista se añaden también, según Abubakr Jamai, director de Le Journal, la decepción de Yussufi "por no lograr el reconocimiento del palacio real por la labor desempeñada a favor de la monarquía".