Óscar da un respiro a Clemente
Con la teoría del nihilismo en una mano y el único pero inapelable fogonazo de Òscar en el lanzamiento de un libre directo, el Espanyol logró su primer triunfo de la temporada y salvó de una fulminante destitución a su entrenador, Javier Clemente. La colaboración del Racing, que apenas enlazó jugada de ataque alguna y mostró el reverso del magnífico juego que había desplegado en el Bernabéu, resultó inestimable para un equipo con tantas urgencias como es el Espanyol.
El Espanyol se defendió mucho, muchísimo, pero mal. Sin embargo, el Racing cayó repetidamente en la trampa del fuera de juego que la cobertura del Espanyol trazó muy lejos de Toni y no encontró manera de romper el muro blanquiazul. Sólo la entrada de Javi Guerrero dio mayor velocidad y verticalidad al juego del equipo cántabro. Pero apenas fueron unos instantes, que la defensa del Espanyol, zozobrante y amontonada de mala manera en el área, capeó. Antes, sólo un par de excelentes pases en profundidad de Diego Mateo rompieron la monotonía del juego de ping-pong que se entabló en el centro del campo. Pero a Jonathan no le salió nada y a Bodipo siempre le faltó o le sobró algo para concluir alguna jugada. El juego quedó constreñido al amasijo de intercepciones, faltas, rechaces y rebotes en el que se enzarzaron Nafti, Morán, Domoraud, Morales, Àlex y, cuando no, también los centrales de ambos equipos.
RACING 0 - ESPANYOL 1
Racing: Ricardo; Coromina, Casar, Juanma, Neru; Nafti (Regueiro, m. 87), Diego Mateo (Javi Guerrero, m. 60); Morán, Benayoun, Jonathan (Txiki, m. 77); y Bodipo.
Espanyol: Toni; Tayfun, Lopo, Torricelli, David García; Àlex Fernández (Òscar, m. 70), Domoraud, Morales; Maxi, Tamudo (Raúl Molina, m. 32) (Bobson, m. 92) y Jordi.
Gol: 0-1. M. 83. Óscar, de falta directa desde unos 30 metros.
Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Àlex, Domoraud, Casar, Nafti, Òscar y al entrenador del Racing, Lucas Alcaraz. Expulsó a Óscar (m. 93).
Unos 12.000 espectadores en El Sardinero.
Otro dato que da idea de la magnitud del lamentable juego que practicaron ambos cuadros es que en toda la primera parte sólo se produjo un tiro entre los tres palos, protagonizado por Mateo, tan blandito y fácil que Toni lo recogió sin necesidad de doblar el espinazo. A falta de trabajo, el portero del Espanyol dio suspense a a la noche con un par de acciones surrealistas.
Con un campo resbaladizo por la copiosa lluvia que cayó antes y en varias fases del partido, las caídas teatrales se sucedieron. La peor parte se la llevó Tamudo que, en una de las pocas incursiones que protagonizó, se dobló malamente la rodilla y tuvo que retirarse cumplida la media hora.
El partido iba directo al 0-0 hasta que Òscar sacó petróleo de una falta en la frontal con un tiro que, tras un bote previo, batió a un Ricardo nada inspirado en su estirada. Fue una bocanada de oxígeno para el Espanyol y para Clemente.
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