La auditoría de Eurostat revela trato de favor a empresas privadas
El informe final de la auditoría de la Comisión Europea sobre Eurostat destaca el trato de favor que esta oficina estadística de la UE dispensó a tres o cuatro empresas privadas con las que suscribió centenares de contratos en los años noventa y comienzos de la década actual. El informe, entregado ya a los eurodiputados de la Comisión de Control Presupuestario (Cocobu, en sus siglas en francés), recoge el análisis de 389 contratos por valor de 169,6 millones de euros, muestra del total de 3.545 contratos y subvenciones en los que intervino directa o indirectamente Eurostat.
El informe pone de relieve las innumerables irregularidades y falta de transparencia y competencia real que se produjeron a la hora de suscribir la mayoría de esos contratos. La empresa privada más beneficiada, la francesa Planistat, se encuentra ahora prácticamente en suspensión de pagos como consecuencia de la decisión del Ejecutivo comunitario de suspender todos sus contratos. Planistat, entre otras cosas, explotaba los Datashops, los centros de venta de las bases de datos de Eurostat.
Otras empresas beneficiadas por las irregularidades prácticas de Eurostat fueron Eurocost, Eurogramme y CESD. En este último caso, el riesgo de conflicto de intereses era obvio, toda vez que el anterior director general de Eurostat, el francés Yves Franchet, fue uno de sus tres promotores y miembro del Consejo de Administración.
Fondos de reserva
A raíz de esos contratos irregulares, Eurostat y las empresas beneficiadas crearon unos "fondos de reserva" fuera del control de la Comisión Europea que acabaron generando una contabilidad B en la oficina estadística, así como cuentas ocultas. Una de las conclusiones más preocupantes de la auditoría es que ya no existe manera alguna de saber cuál fue el destino final de los fondos de esas cuentas ocultas.
Franchet, destituido en julio pasado, ha asegurado siempre que no hubo enriquecimiento personal y que todos los fondos, ocultos o no, se emplearon para actividades de la oficina estadística. La escasez de medios y personal, argumentó, llevaron a Eurostat a desarrollar una original gestión para hacer frente al creciente trabajo que se le encomendaba.
En todo caso, la auditoría repite, una vez más, que todas las graves irregularidades en Eurostat se originaron antes de que la actual Comisión iniciara su mandato a finales de 1999, un hecho que hasta el momento ha constituido la principal defensa del comisario español Pedro Solbes, de quien jerárquicamente depende Eurostat. La auditoría, no obstante, señala que, a pesar de que no hubo nuevas iniciativas irregulares después de 1999, hasta hace unos meses siguió habiendo una caja B, cuentas ocultas y contratos en vigor que habían sido suscritos bajo sospechosas circunstancias.
A partir de esos hechos, los auditores destacan que la Comisión debe profundizar en las reformas emprendidas hace tres años.
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