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Severa pena por el crimen del Maremàgnum

El juez condena a 13 años de cárcel a los tres acusados de la muerte del ecuatoriano Wilson Pacheco

Los tres acusados de la muerte del joven ecuatoriano Wilson Pacheco, al que agredieron y lanzaron a las aguas del puerto de Barcelona en el complejo lúdico del Maremàgnum, han sido condenados a 13 años de cárcel cada uno por un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad. Tras el veredicto unánime de culpabilidad que dictó el jurado popular el pasado día 19, el juez hizo pública ayer su sentencia, en la que afirma que los acusados no tenían intención de matar a la víctima, pero conocían la "elevadísima" probabilidad de causarle la muerte. Las defensas de los acusados anunciaron ayer que recurrirán contra la sentencia, mientras que la madre de la víctima la aplaudió mientras lamentaba que nadie puede devolverle a su hijo.

Con el veredicto del tribunal popular, que consideró a los procesados culpables de homicidio, el magistrado presidente del juicio, Daniel de Alfonso, podía imponer penas de cárcel comprendidas entre 12 años y 6 meses, y 15 años. El juez, que ha impuesto a los tres acusados la condena solicitada por la fiscal, considera en la sentencia que el vigilante de seguridad Antonio Fernández Quincoces y los porteros James Anglada y Mariano Romero cometieron un delito de homicidio con dolo eventual, ya que, pese a que su intención no era matar a la víctima, eran conocedores de la "elevadísima" probabilidad de causarle la muerte al arrojarle al agua tras haberle agredido brutalmente.

"El resultado de muerte" de Wilson Pacheco, según el magistrado, "se puede y se debe, objetivamente, imputar a la conducta previa y conjunta de los tres acusados". En este sentido, el juez recoge la declaración de los peritos que testificaron en el juicio, quienes aseguraron que la víctima falleció como consecuencia de los golpes recibidos (de Quincoces y Romero, además de una tercera persona por identificar), de su estado de embriaguez y de la baja temperatura del agua (alrededor de 10 grados) a la que fue arrojado por el portero James Anglada en la madrugada del 27 de enero de 2002.

El hecho de que llevara ropa de abrigo, la escasa visibilidad -era de madrugada- y el cansancio después de haber recorrido más de 300 metros perseguido por los acusados contribuyeron también, según el juez, a que Wilson Pacheco no pudiera nadar con agilidad y se ahogara en las aguas portuarias después de chapotear unos instantes.

No hubo racismo

Como ya argumentó el jurado popular al dictar el veredicto de culpabilidad, el magistrado indica en su sentencia que después de que James Anglada echara al agua a Pacheco, los tres acusados se alejaron del lugar sin socorrer a la víctima y profiriendo expresiones despectivas como "si las ratas saben correr, sabrán nadar, y si no, que se ahogue" y "por un sudaca de mierda no me tiro al agua y me mojo el móvil".

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El fallo del juez recoge la agravante de superioridad porque los procesados "portaban consigo y emplearon porras". Sin embargo, el magistrado considera, como lo hizo el jurado popular por unanimidad, que no concurre la agravante de racismo. La acusación particular, que representaba a la familia de la víctima, consideró que la agresión se desencadenó ante el local Caipirinha porque los acusados no dejaron entrar a Pacheco, que iba con su cuñado y su hermano, a causa de su origen. La sentencia señala, sin embargo, que la prohibición de entrar al local fue motivada porque Pacheco y sus acompañantes iban bebidos y calzaban zapatillas deportivas. Ante este local, según el fallo judicial, se originó una discusión durante la cual Pacheco arrojó un objeto a un vigilante. Luego se inició una persecución por el puente del Maremàgnum hasta que Quincoces y Romero alcalzaron a la víctima, a la que golpearon brutalmente con las porras y los pies. El portero James Anglada cogió luego a Pacheco y "con el acuerdo tácito y mutuo de los otros dos acusados" lo arrojó al agua. Los hechos considerados probados pudieron apreciarse en un sobrecogedor vídeo que se vio durante el juicio y que fue grabado por las cámaras de la Autoridad Portuaria y del Maremàgnum.

La sentencia ordena a los acusados, que están en prisión desde que el tribunal popular emitió el veredicto de culpabilidad, a indemnizar conjuntamente a la viuda de Pacheco con 96.789 euros, a cada uno de los tres hijos con 40.328 euros y a la madre con 8.065 euros. Las empresas de seguridad Elit Control, S L, y Seguridad Ibérica, SA, han sido declaradas responsables civiles subsidiarias y deberán responder si los procesados no pueden pagar.

Las defensas de los acusados anunciaron ayer que recurrirán contra la sentencia. Noemí Torres, la madre de Wilson Pacheco, valoró ayer la condena impuesta por el juez, aunque lamentó: "Ahora ya nadie puede devolverme a mi hijo".

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