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Aulas

'Pulgarcito', ese relato reaccionario

Javier Arroyo

La narración oral usa un material que, a veces, resulta complejo de manejar. Son historias, ya se trate de los cuentos de toda la vida o de las narraciones tradicionales de cada pueblo, que no se ajustan a los parámetros político-sociales de hoy día. En otras palabras, suelen ser sexistas, escasamente respetuosos con los derechos de la infancia o, sencillamente, totalmente contrarios a ellos.

Es el caso, explica Carmen García, del colectivo Tacirupeca, especializado en narración oral y en actividades de cuentacuentos, del cuento de Pulgarcito. Carmen García admite que hace uso frecuente de esta historia, del frances Perrault, pero con una intención didáctica a caballo entre el puro entretenimiento y la enseñanza. Carmen explica que Pulgarcito "vulnera todos los derechos de la infancia". Según esta especialista en educación infantil el cuento de Perrault tiene muestras de abandono a la infancia, de falta de educación de los niños y de trabajo infantil. Prácticamente, muchos años de cárcel escondidos en esa breve narración.

Tacirupeca pertenece a la nueva corriente partidaria de que los cuentos tradicionales sean actualizados en la medida en la que se les pueda eliminar todos esos componentes poco presentables hoy día. Por ello, en Tacirupeca optan a veces por modificar la historia, suavizándola, si se trata sólo de pasar un rato divertido con los jóvenes. Si se trata de dar una lección sobre los derechos de los niños, nada mejor que la historia completa para que los niños conozcan lo que no se debe hacer.

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