28 detenidos en París por oponerse a un acto en honor de Mitterrand

Veintiocho simpatizantes del ultraderechista Frente Nacional fueron detenidos ayer durante el acto con el que se conmemoró la atribución de un trozo de calle, en la orilla derecha del Sena, al ex presidente François Mitterrand. El grupo interrumpió agresivamente el discurso del alcalde, Bertrand Delanoë, blandiendo pancartas y al grito de "Le Pen, presidente", en alusión al nombre de su jefe de filas. El alboroto empañó un acto en el que los socialistas buscaban un motivo de unión, después de la dura experiencia vivida tras su salida del Gobierno, hace 16 meses.

El Quai François Mitterrand se encuentra cerca de la Pirámide promovida por él, que da acceso al Museo del Louvre. El acto contó con la presencia cortés de un miembro del Gobierno de derechas, Jean-Jacques Aillagon, y la ausencia del jefe del Estado, Jacques Chirac, que se excusó a causa de un viaje a África. Otros políticos conservadores organizaron un acto paralelo en memoria de las concentraciones de judíos durante la ocupación nazi, alimentando así la teoría de un Mitterrand colaboracionista con el régimen títere de Vichy.

El acuerdo para dedicar una calle al socialista que presidió Francia de 1981 a 1995 fue boicoteado en su momento, tanto por la derecha municipal como por Los Verdes. La polémica sobre Mitterrand no se ha extinguido y el descubrimiento de la corrupción durante su mandato y otros hechos dudosos se entremezclan con las realizaciones históricas y su contribución a la "construcción de la Unión Europea", resaltada ayer por el que fuera su ministro de Justicia, Robert Badinter, cuyo nombre y el de Mitterrand están unidos a la abolición de la pena de muerte en Francia.

Antes de la irrupción de los ultraderechistas, el público aplaudió en especial la presencia del ex primer ministro, Lionel Jospin, que, sin embargo, no se cuenta entre los mayores admiradores de Mitterrand. Además de la esposa y de los dos hijos del ex presidente habidos en ese matrimonio, también estuvo presente Mazarine Pingeot, la hija de Mitterrand cuya existencia fue mantenida muchos años en secreto, que ayer se declaró satisfecha de ver la placa que une el nombre de su padre a "un barrio que amó tanto".