La Generalitat pretende suprimir siete líneas de autobús en beneficio del tranvía
La medida forzaría a 20.000 personas a hacer transbordo cada día
El tranvía no circula y ya ha provocado la primera polémica entre el Gobierno catalán y los municipios. El último consejo ejecutivo de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) tumbó una propuesta para modificar o suprimir siete líneas de autobús que coinciden con el tranvía y que éste ganara usuarios. El mes que viene se analizará otra distinta. Los cambios suponian que 20.000 personas cambiaran cada día del autobús al tranvía o a la inversa.
La propuesta de modificación o supresión total o parcial afectaba a las líneas 7, 57, 67, 68, 157, 158 y 167. Salvo la primera, todas las demás conectan Barcelona con poblaciones del Baix Llobregat y circulan luego por la Diagonal, unas, o por la zona de Collblanch, las otras.
Las posturas están claramente enfrentadas: los municipios, en general, defienden que se ponga en marcha el tranvía y que, una vez se vea cómo funciona y qué demanda modifica, se proceda a introducir cambios en los servicios de autobuses. "Lo que no puede ser es ir a peor", aseguraba un concejal de una de las poblaciones afectadas por la hipotética supresión parcial de dos líneas. Frente a los ayuntamientos, el Gobierno catalán, como es casi tradicional. Sus responsables argumentan que no tiene sentido repetir servicios. Si funciona el tranvía, que es un transporte más potente, no ha lugar para los autobuses. Mantener autobuses y tranvía supone un coste añadido de dos millones de euros al año.
El tranvía funcionará con la llamada "tarifa técnica", es decir, el precio del billete será el mismo que el del autobús o el metro y permitirá el transbordo sin nuevo pago, ya que se integrará en el sistema tarifario metropolitano. Si la empresa gana dinero con esa tarifa, mejor para sus accionistas; si no es así, que no lo es, la diferencia hasta los beneficios sale del erario público. En realidad, el tranvía es una más de las inversiones en transporte público pensadas por el Gobierno catalán para poder aplazar el pago. El primer borrador de presupuestos de la ATM para el próximo año prevé 27 millones de pesetas para el tranvía, que serán 29 si no se modifican las líneas de autobús.
La línea 7 es una de las más rentables de TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona). Circula entre la Zona Universitaria y Diagonal Mar. Coincide con el tranvía desde su inicio hasta Francesc Macià. El mismo tramo, o casi, se restringiría a las líneas 67 y 68 (la segunda es un refuerzo de la primera) que van desde la plaza de Catalunya hasta Cornellà, a través de Aribau, Casanova y Diagonal. Estas líneas podrían perder, además, parte de su trayecto por la carretera de Esplugues. La 167 (María Cristina-Esplugues) quedaría casi en nada y podría ser eliminada, al igual que la 158, que va de Collblanc a Sant Just, casi en paralelo a la línea del tranvía. Finalmente, la 157 quedaría afectada entre Collblanc y Sant Joan Despí.
Las previsiones apuntan a que el tranvía funcione a finales de enero o principios de febrero. La ATM entiende que lo idóneo sería empezar con los deberes hechos y las líneas modificadas. Pero ha topado con la oposición de los municipios, que sostienen que no se puede penalizar a los usuarios de un transporte ya lento como es el autobús con más tiempos de espera y transbordos. Si eso cuesta más, pues habrá que asumirlo, afirmaba un alcalde cuya población está directamente afectada. Y matizaba que, después de todo, el responsable último de esta historia es el Gobierno catalán, que impuso el tranvía por el expeditivo método de rechazar la construcción de lo que pedía la población: el metro.
Una jugada con segundas
La pretensión de Política Territorial de eliminar autobuses en la zona de la Diagonal tiene una segunda intención: lograr que la avenida se convierta en zona de paso para el tranvía. Una línea (la del Baix Llobregat) terminará en Francesc Macià, la otra pasará por Glòries. El Gobierno catalán y también CiU como formación sostienen que dejar el tramo entre las dos plazas sin conectar con el tranvía carece de sentido. El Ayuntamiento, en cambio, cree que un tranvía en la zona central de la Diagonal sería mortal no para el tráfico de la avenida, sino para el que la cruza, que es casi todo el que no pasa por ella. En su lugar, defiende que los Ferrocarrils de la Generalitat, que ahora mueren en Espanya y llegarán a Francesc Macià se prolonguen hasta Glòries.
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