El 'fallapenaltis'

El Racing, que hoy visita al Madrid en el estadio Bernabéu, ya no sabe qué hacer: ha desperdiciado todos los penaltis, cinco, que lleva lanzados este curso. Los aficionados se preguntan cómo es posible semejante récord negativo. Los jugadores están obsesionados con su pleno de desaciertos. Y los técnicos se acogen a los tópicos: "Son rachas", "los falla quien los tira" o "el fútbol es así". ¿Soluciones? La primera: que todo el plantel, porteros incluidos, ensaye la ejecución del máximo castigo con mayor asiduidad, lo que empezó a hacerse el pasado martes: Ricardo, el guardameta procedente del Manchester United, y Jonatan Valle, el joven canterano que va para estrella, parecen ahora las opciones más fiables para enviar el balón a la red.

La historia del desastre racinguista es la siguiente: 6 de julio, partido con el Györ Eto, húngaro, en la Copa Intertoto (resultado final: 1-0 a favor): con 0-0, Pablo Lago manda alta la pelota; 28 de septiembre, con el Villarreal, en la Liga (0-2 en contra): con 0-0, Javi Guerrero, el mejor goleador del equipo, con 15 tantos, en la temporada anterior, ve cómo Reina detiene su tiro; 5 de octubre, con el Valladolid (4-0 a favor): con 1-0, el debutante Orcellet, argentino, atrapa sendos disparos de Guerrero y Regueiro; 8 de octubre, con el Barakaldo en la Copa (1-0 a favor): con 1-0, Benayoun no logra engañar a Llorca.

El punto elegido por los futbolistas citados en los encuentros ligueros fue el mismo: el lado derecho del portero, casi a media altura y cerca del poste. Los cancerberos no tuvieron más que escorarse hacia esa zona para evitar el gol.

Nando Yosu, el segundo entrenador y asesor del consejo de administración del club, no ha conocido nada igual: "Llevo más de 40 años en el fútbol y esto es insólito: cinco de cinco". Su remedio es simple: "esperar a que escampe y todo quede en recuerdo". Lucas Alcaraz, el primer técnico, ha apostado por la Copa, que siempre se le da mal al Racing, y sabe de la importancia de los penaltis en dicho torneo. Por eso quiere bajar la presión: "Es mejor no hablar de ello". Pedro Alba, el preparador de los guardametas, tampoco lo entiende: "Y eso que yo paré bastantes". Él descarta a Ricardo como ejecutor porque "sería demasiado riesgo en caso de rechace del balón". En su opinión, Reina hizo "un paradón", pero los demás iban más o menos fuertes, pero colocados: "Tantos fallos no han sido más que casualidades".

Los protagonistas no se explican el fenómeno. Pablo Lago dice: "Volvería a tirar un penalti. Para mí, fue una decepción fallarlo. Pero no influyó en mi rendimiento". Guerrero, desacertado por partida doble, volvió a lanzarlo en Valladolid a pesar de su error precedente: "Estaba convencido de que marcaría. En uno lo hice bien; en otro no. Pero no es más que una anécdota. Volveré a intentarlo". Benayoun, israelí, falló apenas unas horas después de haber cumplido el Yom Kipur: "No influyó. Creí que era capaz de marcar y tiré". Regueiro, uruguayo, también está dispuesto a repetir: "En Valladolid lo lancé por donde tenía pensado hacerlo, pero Orcellet adivinó la trayectoria. No soy especialista, pero, si es necesario, no me temblarán las piernas para tirar más penaltis".

Los técnicos y los jugadores del Racing reconocen que, en efecto, carecen de un especialista, pero tampoco se afanan en encontrarlo. Mientras tanto, los más viejos del lugar recuerdan los penaltis de Óscar, poniéndose de espaldas a la portería y junto al balón; de Gento, fuertes, altos y por el centro, o de Lamarca, con pase adelantado a un compañero y remate final.