La minoría centrista abre una crisis con la derecha francesa
El partido centrista Unión por la Democracia Francesa (UDF), que dirige François Bayrou, se ha abstenido de votar el Presupuesto estatal de 2004 y amaga con presentar candidatos propios a las elecciones regionales de marzo próximo, rompiendo así decenios de actuaciones conjuntas entre las principales formaciones de derecha y de centro en Francia.
El incidente parlamentario no pone en peligro la estabilidad del Gobierno de Jean-Pierre Raffarin, puesto que éste cuenta con mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (364 diputados) sólo con el apoyo de la Unión por la Mayoría Popular (UMP), principal partido del país. Sin embargo, la popularidad del primer ministro ha caído mucho en las encuestas y el grupo centrista, de sólo 30 diputados, no ha perdido el tiempo para separarse de la derechización gubernamental.
Los centristas intentaron enmendar el Presupuesto, pero todas sus propuestas fueron rechazadas por el Ejecutivo. Una de ellas pretendía anular la rebaja del impuesto sobre la renta, que ha quedado fijada en el 3%, y suspender el aumento de la tasa sobre el gasóleo, que agravará el precio del combustible utilizado por un parque de más de 20 millones de vehículos. A juicio de Bayrou, bajar la recaudación del impuesto sobre la renta sin reducir el gasto no es más que incrementar el déficit y la deuda estatal, además de incoherente con la política de subir las tasas que gravan productos de amplio consumo, como el gasóleo.
Ayuda a los parados
La tercera enmienda centrista pretendía mantener la "ayuda de solidaridad" que reciben los desempleados de larga duración a partir de los 55 años de edad. El Gobierno, que pretende restringir esa ayuda, ha abierto la opción de que el parado obtenga un contrato a tiempo parcial, si encuentra una colectividad local que lo subvencione y una empresa que lo quiera. El Ejecutivo llama a esto "pasar de una lógica de asistencia a una lógica de inserción". Toda la oposición, y en este caso también los centristas, consideran improbable que los 130.000 desempleados de larga duración que existen puedan beneficiarse de tal dispositivo.
"Lo que ocurre en Francia es grave. Los franceses no comprenden a dónde vamos", explicó Bay-rou para justificar su negativa a apoyar al Gobierno. Las elecciones regionales de marzo de 2004 se configuran como el terreno para el arreglo de cuentas. La extrema derecha de Jean-Marie Le Pen ya se ha lanzado a la campaña, intentando demostrar su capacidad para conseguir un poder efectivo. Los centristas amenazan con hacer lo mismo, presentando candidaturas separadas en la primera vuelta de dichas elecciones respecto a las del partido que apoya a Chirac y a Raffarin, y erosionando así las posibilidades de los candidatos de estos últimos.
Por el momento, el centrista Bayrou mantiene la ambigüedad: no está claro si la abstención respecto al Presupuesto es una tarjeta amarilla al Ejecutivo o el comienzo de una verdadera ruptura.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.