Christian Noyer sucede a Trichet como gobernador del Banco de Francia
Aunque ya no tiene capacidad para decidir sobre las tipos de interés, no faltaban candidatos al cargo de gobernador del Banco de Francia, que a partir del 1 de noviembre próximo quedará vacante por el ascenso de su titular, Jean-Claude Trichet, a presidente del Banco Central Europeo (BCE).
La incógnita sobre su sucesor en la entidad bancaria francesa quedó despejada ayer tras el nombramiento de Christian Noyer, un enarca reputado como un hombre de gran capacidad técnica y ya avezado en los vericuetos de las finanzas europeas, por haber desempeñado el cargo de vicepresidente del BCE durante cuatro años.
El nuevo gobernador del Banco de Francia se sentará con sus pares de la zona del euro en el Consejo de Gobernadores, pero además habrá de ocuparse de un problema tan poco brillante como reducir la envergadura de la entidad. Su antecesor le deja un plan listo para ejecución, que implica cerrar la mayoría de las 211 sucursales actuales y prescindir de 2.600 de los 16.000 empleos con que cuenta.
La reestructuración ha sido justificada en función de la pérdida de competencias, pero en realidad se trata de activar un viejo proyecto, varias veces suspendido a causa de huelgas y de la resistencia de las autoridades locales a perder la oficina del banco estatal.
Profesionalmente, nadie discute la competencia de Noyer, que ahora tiene 53 años. Formado en la Escuela Nacional de Administración (ENA) y especialista en asuntos monetarios, pasó por los gabinetes de varios ministros de Economía y permaneció desde 1998 hasta 2002 como vicepresidente del Banco Central Europeo, cuyo presidente saliente, Win Duisenberg, se manifestó ayer "entusiasmado" por la designación del gobernador francés. Se le considera un hombre prudente, miembro cualificado de esa élite de altos funcionarios muy vinculados al servicio público.
Cuando Jean Claude Trichet fue nombrado gobernador del Banco de Francia, en el año 1993, Noyer le sucedió como director general del Tesoro.
Se mantuvo en este cargo hasta el año 1995, en que prefirió pasar al gabinete del ministro de Economía. Dos años después quedó apeado del puesto tras la victoria electoral de la izquierda y permaneció unos meses en el ostracismo hasta que fue enviado como vicepresidente al Banco Central Europeo.
Tras cumplir su mandato en esta entidad, se ha limitado a ocupar un despacho en el Ministerio francés de Economía, a la espera de suceder a Trichet en el Banco de Francia.
El nombre de Christian Noyer circuló incluso como posible alternativa a Jean Claude Trichet para el Banco Central Europeo, durante los meses en que éste fue sometido a juicio como consecuencia del falseamiento de las cuentas del Crédit Lyonnais a principios de los años noventa, cuando Trichet era la autoridad de tutela de lo que entonces era un banco público. La absolución judicial de Trichet ha despejado a éste el camino de Europa, y a Noyer, el del Banco de Francia.
Eugenio Domingo Solans, miembro del comité ejecutivo del BCE, expresó ayer su satisfacción por el nombramiento de Noyer y destacó que el nombramiento es una excelente noticia no solo para el Banco de Francia, sino también para todo el eurosistema por su experiencia.
