Chupitos de sangre
Convertido en una vampiresa, el jugador deberá luchar contra fuerzas nazis sobrenaturales
Acaba de estrenarse el videojuego y la trama argumental ya ha conquistado a los guionistas de la productora Boll KG de Hollywood para llevarlo a la gran pantalla. BloodRayne, lanzado simultáneamente para todas las consolas y compatibles, sitúa al jugador en la piel de una escultural vampiresa inmersa en una sangrienta cruzada para liberar al mundo de los retorcidos experimentos nazis por conseguir una raza superior y sobrenatural.
Visto desde una perspectiva de tercera persona y totalmente en tres dimensiones, el jugador deberá dejar a un lado el rencor que tiene BloodRayne por su padre, un malvado vampiro que violó a una humana, su madre. Por este motivo, la chica tiene todos los poderes de los vampiros, como una descomunal fuerza y la posibilidad de realizar espectaculares saltos, además de ser una excelente luchadora, pero sin sus grandes defectos, como la intolerancia al agua o a la luz solar, que a ella sólo le escuecen un poco pero que no le causan la muerte inmediata. Estas cualidades especiales la llevaron a ser reclutada por los miembros de la Brimstone Society, una fraternidad que se dedica a buscar y destruir las amenazas sobrenaturales.
'BloodRayne'
Desarrollo: Terminal Reality
Distribuye: VUP Interactive
Plataformas: PlayStation 2, Xbox, Game Cube, Windows
Género: Acción
Edad recomendada: Más de 13
Precio: 60, 60, 60, 50 euros
Como en otros juegos protagonizados por una fémina, el personaje está creado pensando en los estándares de belleza impuestos por la actual sociedad, devota de la imagen externa. Cuerpo majestuoso de delgada cintura y senos generosos, cuello de cisne y hombros definidos. BloodRayne maneja a la perfección todo tipo de armas de fuego, incluso de forma simultánea en ambas manos, pero con lo que es una verdadera especialista es con las cuchillas metálicas que equipan sus antebrazos. Con ellas es capaz de seccionar en dos un cuerpo humano sin pestañear y, de hecho, en el juego, las mutilaciones de todo tipo son un continuo, por eso está recomendado para mayores de 18 años, ya que el baño de sangre es considerable.
El principal toque de originalidad está en cómo recupera la vida la protagonista: chupando la sangre a sus enemigos. Dependiendo de si es un mutante o un humano la recuperación es menor o mayor, pero lo que no cambia es la espectacularidad del acto. BloodRayne salta sobre sus yugulares y sorbe el cálido líquido, al tiempo que gime placenteramente mientras su víctima grita de forma histérica sabiendo que no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Como si de Spiderman se tratara, la vampiresa dispone de una ganzúa retráctil que puede lanzar sobre sus futuros alimentos para acercarlos desde varios metros de distancia de un tirón.
Terminal Reality propone un buen menú pero lo sirve en el orden equivocado. Esto le va a costar más de una crítica que podría haberse ahorrado de haber equilibrado mejor el desarrollo del juego. El inicio de la partida, mientras se aprende a manejar las habilidades de la agente BloodRayne, es suficientemente entretenido y atractivo, dada la peculiaridad del planteamiento de juego. Sin embargo, la primera parte en Louisiana, de las tres que tiene el título, es excesivamente larga y repetitiva en sus objetivos: destruir biomasa y rescatar víctimas no infectadas. Muchos jugadores dejarán el juego antes de llegar a la segunda parte en Argentina y a la tercera en Alemania, donde se encuentra la parte más sabrosa de BloodRayne, con mejores decorados, más variedad en la historia e incluso con personajes más vistosos y mejor diseñados comparados con los de la tediosa primera parte.
Si se dispone de las dos horas que requiere superar la primera parte, vale la pena darle una oportunidad ya que la diversión a partir de ese momento, eliminando enemigos a diestro y siniestro sin cesar, aumenta varios enteros.
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