El Murcia sorprende a un desconocido Barça

El Murcia, que no conjugaba el verbo ganar tras haber recuperado la categoría ACB, ayer, en la quinta jornada, dio la gran sorpresa y venció al Barça. El equipo de Svetislav Pesic, campeón de todo la pasada temporada, no atraviesa por un buen momento, le cuesta adaptarse a su nueva fisonomía, privado de Jasikevicius y con Grimau intentando tomarle el aire a la posición de base. El equipo azulgrana marcó distancias en el primer cuarto pero a continuación se vio desbordado por el esplendoroso trabajo de Brent Scott y Reynolds en el interior de la zona. Los azulgrana recurrieron de forma contínua a las faltas y ello propicio un constante goteo de tiros libres para el Murcia, que anotó así 20 de sus 32 intentos y que, en el cómputo de balones robados y perdidos logró un balance positivo de cuatro posesiones frente al déficit de ocho posesiones de un desconocido Barça.

Bodiroga volvió a ser el mejor hombre del Barcelona pero falló por completo en los lanzamientos triples: 0 de 4, aspecto en el que también fracasaron Nacho Rodríguez, 0 de 3, y De la Fuente, 0 de 2. La inferioridad de los pívots azulgrana se tradujo en la discreta hoja de servicios de Femerling y Varejao, siete puntos y ocho rebotes entre ambos. Dueñas estuvo algo mejor pero Brent Scott, el veterano pívot que el Murcia ha recuperado para la ACB después de haber pasado por las ligas de Italia y Grecia-donde llegó procedente del Real Madrid-, resultó demoledor. A sus 20 puntos, añadió nada menos que 15 rebotes, siete de ellos en ataque.

No es la primera vez que el Barcelona tropieza ante un recién ascendido. Ya le pasó lo mismo en anteriores temporadas en las que cosechó derrotas ante equipos que acababan de recuperar la categoría, caso del Granada, el Manresa y el Lucentum Alicante. La de ayer, fue la segunda derrota del equipo azulgrana en lo que va de Liga. Tras la anterior, el técnico azulgrana, Svetislav Pesic, montó en cólera y acusó a sus jugadores de no haber afrontado el partido con la profesionalidad y el respeto que merecía el rival, aquél día, el Auna Gran Canaria.