El Madrid alivia sus males
Ante un Unicaja muy débil, la defensa lleva al equipo blanco a su segunda victoria
El Madrid ganó el partido de las urgencias. Era lo importante ayer. La victoria es la mejor noticia. No cabe hablar de una mejoría sustancial de su juego, que en Málaga volvió a ser irregular y ofreció muchas sombras, pero, ante un rival que vive con las mismas angustias, supo controlar la ansiedad mucho mejor que el Unicaja, aplicar una justa proporción de paciencia y fajarse en la defensa cuando peor pintaba el asunto. La que aplicó en el segundo tiempo sí merece nota.
El Madrid necesitaba ganar y lo consiguió. La derrota le habría conducido a una situación insólita en el pozo de la clasificación. Ahora puede tomarse un respiro y mirar la clasificación aliviado, pues, a fin de cuentas, solo tiene una victoria menos que el Barcelona y el Pamesa y las mismas que el Unicaja.
UNICAJA 57 - REAL MADRID 60
Unicaja: Bullock (21), Sonko (2), Herrmann, Philip, Alexander (8); Kornegay (3), Gabriel (13), Cabezas, Risacher (5) y Rodríguez (5).
Real Madrid: Bennet (14), Herreros (2), Stojis (9), Fotsis (7), Kambala (12); Reyes (4), Mumbrú (8), Victoriano (4) y Bueno.
Árbitros: Amorós, Guirao y Pérez Pizarro.
Unos 9.000 espectadores en el Palacio de los Deportes Martín Carpena, de Málaga.
Lo que no puede es echar las campanas al vuelo. En su victoria de ayer tuvo mucho que ver el débil estado anímico y el calamitoso juego de su rival, que también vive los primeros compases de la Liga en una crisis de proporciones. El Madrid había perdido su sitio en las últimas temporadas y ahora trata de recomponerse. Pero el Unicaja era un conjunto con identidad muy definida que se ha esfumado de sopetón.
Lo peor del equipo de Málaga en lo que va de temporada es justamente el pilar en el que cimentó sus éxitos recientes: la defensa. Cierto es que ayer mejoró un tanto, pero muy lejos todavía de la intensidad con la que se empleaba en años anteriores. Y en el ataque es un equipo espeso. Los fichajes no funcionan. Con Walter Hermman la afición ha puesto toda la paciencia del mundo. Le aplaude cada fallo, le mima y le anima, pero el argentino no encuentra su punto. Ayer falló todos los lanzamientos que intentó, seis de dos puntos, un triple y dos libres. Victor Alexander, en cambio, exaspera al público, que ayer ya dio un primer aviso serio al entrenador, Paco Alonso, cuando lo metió en la cancha por Germán Gabriel, el mejor jugador del Unicaja. Con cuatro puntos de desventaja y tras remontar ocho, Alexander perdió dos balones seguidos en el ataque y Alonso tuvo que retractarse.
Ante situaciones así, el Madrid supo ser paciente. En el primer tiempo consiguió la delantera en el marcador gracias a su juego exterior mientras que en la lucha por el rebote fue un desastre. El Unicaja, tirado de los jugadores de casa, hizo la goma, pero sin continuidad para ponerse por delante. Entró en el último cuarto con 12 puntos de desventaja y llegó a estar a tres en el último minuto y medio, pero no pudo ni con sus nervios ni con la defensa del Madrid.
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