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Los filmes de Palestina e Israel abundan en el flojo nivel de la sección oficial

La Mostra presenta un corto promocional de 'Yo puta', la película de Luna aún inacabada

Llegados al ecuador de la competición, la sección oficial de la Mostra no parece levantar cabeza. Ayer, dos países en conflicto bélico, Palestina e Israel, entraron en competición para confirmar la escasa calidad de los filmes a concurso, ya que tanto In the ninth month como James's journey to Jerusalem no alcanzan los mínimos exigibles en un certamen internacional. Además, el festival presentó el corto promocional de Yo puta, un filme todavía en fase de posproducción.

Parece que el calvario que han de pasar los miembros del jurado y la prensa especializada tendrá seis estaciones. Una por cada día de proyecciones, porque, de las seis películas presentadas en la sección oficial hasta el momento, sólo la italiana Capo Nord ha mostrado algo de frescura en una competición muy desangelada.

Ayer, la israelí James's journey to Jerusalem, de Ra'anan Alexandrowicz, apuntaba buenas maneras después de una hora de metraje, ya que partía de la original historia de un peregrino africano que acude a la ciudad santa en busca de bendiciones espirituales y encuentra bienes materiales. Pero la apuesta cómica por destripar la cara menos amable de la sociedad israelí acaba degenerando en una absurda maraña de situaciones irreales que limitan la acidez inicial de la cinta. Aun así, la película de Alexandrowicz es de lo más soportable que ha ofrecido la competición hasta el momento, pues se deja ver con cierta complacencia.

Algo que no ocurre con In the ninth month, de Ali Nassar, un pretencioso ejercicio de cine presuntamente social que confunde al enemigo real del pueblo palestino con el mítico "hombre del saco" de las leyendas infantiles. Después de asistir a sus casi dos horas de metraje para desarrollar una historia tan sencilla como la de un hombre que sacrifica su vida por apoyar a un compañero en la lucha clandestina, el espectador se queda con la impresión de que, tal y como está la situación en Palestina, es una frivolidad focalizar los fantasmas colectivos de un pueblo en un personaje imaginario y de una manera tan simplista.

Con el desolador panorama de la sección oficial y la falta de atractivos en el resto de ciclos, el festival se mueve a impulsos sentimentales. Como el que deparó anoche Stanley Donen cuando acudió a presentar, en la sala donde se iba a proyectar, su obra maestra, Cantando bajo la lluvia, codirigida junto a Gene Kelly y que precisamente cumple ahora 50 años desde que fuera estrenada en España.

La jornada de ayer acogió también la presentación del corto promocional de la película Yo puta, segundo largometraje de la valenciana Luna que se encuentra en proceso de posproducción y que no ha podido acabar de montarse para ser exhibida en la Mostra. Con un presupuesto superior a los cinco millones de euros, la cinta cuenta con la participación de las actrices americanas Daryl Hannah y Denise Richards, y tiene previsto su estreno en marzo.

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