La noche del sol

El tenor Luciano Pavarotti triunfó ante decenas de miles de incondicionales, reunidos la noche del sábado en el desierto de Laguna Salada de Mexicali, cerca de la frontera con Estados Unidos. Le perdonaron todo, incluidos los gallos y carrasperas atribuidos a un proceso gripal. El concierto La noche del Sol, cuyo montaje costó dos millones de dólares, arrancó con Per gloria d'advorarvi y siguió con el amplio repertorio del italiano: Addio alla madre, Vesti la giubba o el esperado O sole mio. La afición debió ser apercibida: no aplaudan mientras el divo canta. Se retirará el 12 de octubre del 2005, coincidiendo con sus 70 años. Pavarotti sin fronteras festeja el centenario de la ciudad de Mexicali, capital de Baja California Norte, cuya Orquesta Sinfónica acompañó el aplaudido recital. "Será un reto cantar en el desierto, pero igualmente creo que será algo muy gratificante", había declarado Pavarotti en conferencia de prensa. Llegó en un avión privado procedente de la ciudad estadounidense de Los Ángeles y fue recibido en México por varios niños con un letrero: "Grazie. Benvenuto". Parte del dinero del recital será destinado a los niños pobres de Baja California Norte.-