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Entrevista:JOSÉ MARTÍNEZ | Atleta inventor

"El hombre no se adapta a su evolución"

Miquel Alberola

Pregunta. Ha diseñado una bicicleta revolucionaria llamada Bipardo que ha concitado el interés de la Universidad Politécnica.

Respuesta. Sí, el Instituto de Biomecánica quiere estudiarla. Va con la rodilla y el pie, y el que la lleva realiza un juego de pelvis que no se da en las bicicletas tradicionales.

P. ¿Y el equilibrio?

R. Igual o más que las bicicletas normales porque el peso del piloto, al llevar el pie atrás, está repartido. Y corre más.

P. ¿Usted tenía conocimientos de biomecánica?

R. Empecé a hacer deporte a los 10 años, con halterofilia, y luego fui mecánico. A los 18 años me di la vuelta a España en bici, luego hice ultrafondo, spartalon,... Desde los años noventa me dediqué a ayudar a la gente con los masajes de desbloqueo y a hacer aparatos de masaje, luego me puse a gatear e inventé el gateador. De ahí pasé a la bicicleta y a crear biomecánica móvil. Hice la bicicleta Bilince, que va con los dos pies a la vez y las manos. Seguí adelante inventando y ahora he sacado ésta. Sin la forma de vivir que tengo no hubiese salido.

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P. ¿Cómo descubrió el gateo?

R. A base de observar al ser humano. Me di cuenta de que el ser humano no está hecho: no lleva la evolución arreglo a las cosas que hay. El gateo es más completo que la natación, el atletismo, la bicicleta normal... El gateo tiene un movimiento felino que el ser humano no ejerce porque no está totalmente evolucionado. No está adaptado a su medio ambiente. El gateo flexibiliza esa adaptación.

P. ¿El problema del hombre es el salto de cuadrúpedo a bípedo?

R. El problema es que en 200 años ha metido asfalto y cemento, y ha pasado a hacer de cuerpo en el suelo a los bidés. Ése es el problema.

P. ¿Qué consecuencias ha tenido en el cuerpo ese gran drama?

R. Intestinos, desgaste de lumbares y hernias. No es lo mismo defecar sentado que de cuclillas. El ser humano no se ha adaptado a la evolución que él mismo ha propiciado. No le ha dado tiempo.

P. ¿Cuáles son las ventajas del gateo?

R. La número uno, combatir la osteoporosis. Es ideal para la columna vertebral. Ya mecanicé el gateo con un aparato y se han vendido 90. Ahora, esta bicicleta es una evolución del gateo, y su ventaja es prevenir la atrofia muscular. Previene hernias discales y la obesidad, porque los pies se convierten en manos y mueves unas partes del cuerpo que no mueves nunca. El ciclista normal está encorvado, mientras que yo le he exigido a mi cuerpo ser flexible para meter una palanca.

P. ¿Esta bici fatiga más?

R. Menos. Te hace sudar sin cansarte porque te exige la flexibilidad intestinal y de pelvis. Sólo en el potro, estática, te barre el estómago, porque está moviendo el femoral y tirando del abdomen. Ni dietas ni nada.

P. ¿Qué come para estar tan sano?

R. Una vez al día. Dicen que a San Juan lo criticaban porque comía saltamontes; a Jesucristo, porque comía de todo, y a Buda porque no comía nada. Yo soy polivalente.

P. ¿Va a comercializar la bicicleta Bipardo?

R. Ya hemos vendido unas cuantas a 1.000 euros, pero si ahora el Institut de Biomecánica la perfecciona y la bici funciona, voy a levantar todos los demás aparatos.

P. ¿Vive de esto?

R. Esto es una apuesta. Vivo de dar masajes de desbloqueo con pies y manos. Lo mío es ayudar a la gente.

EN DOS TRAZOS

A José Martínez (Puerto de Sagunto, 1958) algunos ya le llaman Leonardo por su capacidad de idear mecanismos terapéuticos para el cuerpo. A los 10 años empezó a hacer deporte y su cerebro ya no paró de concebir artefactos que beneficiaran al cuerpo. Ha logrado grandes hitos como deportista, como batir el récord de gateo en el maratón de Nueva York en un tiempo de 18 horas, y cuyo éxito dedicó a todas las víctimas del terrorismo. Es autodidacta y sin embargo ha creado sofisticados aparatos para hacer más cálida la humanidad. Lo suyo, dice, es ayudar a la gente.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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