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Entrevista:Míchel Salgado | Defensa del Real Madrid | FÚTBOL | La jornada de Liga

"Peleo por mi último gran contrato"

Diego Torres

Roberto Carlos le dice que tiene que ser más egoísta para hacerse valer ante los medios de comunicación y los aficionados. Eso, en el estadio. Fuera de él, lo que se dirime para Miguel Ángel Míchel Salgado (Pontevedra, 1975) es la renovación de un contrato. Una suerte de negocio dificilísima cuando se trata del Real Madrid que dirige Florentino Pérez. Al presidente no le gusta regatear. Dice que es hombre de una sola oferta -ahí está el caso del anterior técnico, Vicente del Bosque, para testimoniarlo- y que no piensa subirle más allá de los 4,2 millones de euros anuales, el doble de lo que gana ahora. A su favor tiene Salgado las leyes del mercado: en junio de 2004 quedará libre de compromiso con el club blanco y, con pocos laterales derechos de su nivel en el fútbol europeo, le llueven las propuestas que mejoran, y mucho, su ficha actual.

"Sobre todo, he ganado importancia dentro de la plantilla. Eso me enorgullece"
"Haría demagogia si dijera que firmo sólo por afecto. El dinero es importante"
"Los jugadores somos diferentes. Yo voy al límite. Eso crea un riesgo, pero nunca lo pienso"
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De momento, el defensa vuelve hoy a Vigo, a su tierra, para enfrentarse al Celta, su club de origen, al que últimamente se le da muy bien el Madrid y que esta temporada se ha embarcado, como él, en la Liga de Campeones, en la que el miércoles visitará al Ajax en Amsterdam.

Pregunta. ¿Se puede jugar bien al fútbol con un poco de egoísmo?

Respuesta. ¡No, hombre! Jugar bien al fútbol es jugar bien en equipo más que ser egoísta. Eso es una broma de Roberto Carlos. Simplemente, un comentario para que yo, muchas veces, me atreva a más cosas. Por ejemplo, a meter un gol. O a tirar en vez de pasar en última instancia. Pero uno tiene su forma de pensar, su forma de ver el fútbol. Y también depende de las circunstancias.

P. El público agradece mucho determinados gestos. Incluso por encima de lo que pide el partido o lo que pide el técnico. Para los jugadores como usted, que están en la banda, con los seguidores encima, ¿no es una tentación la demagogia?

R. Yo, por lo menos, no soy un futbolista de demagogia. Yo doy lo que tengo que dar y si corro por un balón es porque pienso que voy a poder llegar. La demagogia es difícil.

P. ¿Y no siente la tentación de hacer lo que le pide el público, como Roberto Carlos?

R. No, para nada. Al final tienes que ser frío y una cosa es lo que te pida el público y otra cosa lo que te pidan el entrenador y el equipo. Creo que siempre tiene que estar el trabajo del equipo por encima del público. Aunque gusta mucho que el público te aprecie cosas.

P. Su renovación va camino de convertirse en un culebrón. ¿Pretende ganar lo mismo que Beckham o acercarse a los seis millones de euros de salario?

R. No; yo no tengo que ganar lo mismo que Beckham. Además, a mí no me gusta comparar situaciones. Lo que creo que es un error es que se estén comparando los contratos de unos con los de otros. Estoy encantado de que mis compañeros ganen lo máximo posible, pero nunca me fijaré en el contrato de un compañero para pedir lo mío.

P. Ha dicho que difícilmente vaya a verse en una situación como la que ha alcanzado ahora en el Madrid. ¿Significa eso que su valoración es en este momento la máxima posible?

R. Lo que he ganado hasta ahora lo he ganado con mi trabajo diario, con mi esfuerzo diario, con esa rutina de partidos y entrenamientos. Mi premio es la aprobación del club, que me quiere renovar por algo. Pero, sobre todo, lo que he ganado es la importancia dentro de la plantilla. Eso es fundamental para un jugador: sentirse importante ante sus compañeros. No sólo a nivel deportivo, sino también a nivel personal. Que entres en el vestuario y te sientas no sólo respaldado, sino también capaz de ofrecer respaldo a tus compañeros. Y que sepan que me van a tener siempre, en cada momento, para ayudarles. Eso es lo que me he ganado en el Madrid, lo que me enorgullece. Esa valoración interna del vestuario es mucho más importante que el valor de mercado, por así decirlo, que puntúa otras cosas que se ven desde fuera, pero que no se pueden ver desde dentro.

P. ¿Y eso no juega en su contra a la hora de renovar? Si sus afectos están puestos en el Madrid, eso significa que no se pondrá duro en la negociación.

R. Puede ser. Pero yo he puesto una balanza y en la balanza mido mis cosas. Y, en ese sentido, está claro que la opción del Madrid es la primera. Ése es mi pensamiento, equivocado o no.

P. ¿El criterio profesional conque elige un destino se relaciona con el dinero que le ofrecen o con el afecto que puede recibir?

R. Con todo. Haríamos demagogia, y no sólo los jugadores, porque aquí se habla de fútbol, pero en todos los ámbitos de la vida es lo mismo, si dijésemos que firmamos por afecto. Tienes que poner en la balanza varias cosas y elegir después: ni todas las elecciones son pensando en el dinero ni todas las elecciones son desinteresadas o pensando en lo otro. El dinero es importante en esta vida. No sólo para ti, sino también para tu familia. Cuando vine del Celta, no tenía una familia, pero ahora sí y, si firmo un contrato, debo tenerla presente. Luego, puedes sacrificar algo de la parte económica por la otra parte, la sentimental. Y es cierto que yo tengo una parte sentimental importante en este equipo.

P. El director general deportivo, Jorge Valdano, dijo la semana pasada que el Madrid hará un esfuerzo por satisfacerle en el contrato, pero que usted deberá hacer un esfuerzo mayor. Después, usted dijo en el diario As que hará un esfuerzo, pero que el Madrid deberá hacer un esfuerzo mayor. ¿Qué significa eso?

R. Vamos a ver... Pues... que está claro que yo acabo un contrato y tengo la opción de irme fuera a otros equipos también importantes. En ese sentido, los dos, tanto el Madrid como yo, sabemos que tendremos que sacrificar un poquito cada uno.

P. Se queda libre y tiene la posibilidad de hacerse rico porque el Madrid no quiso renovarle el año pasado.

R. Hemos llegado a una situación en la que se ha dado eso. Y, desde luego, lo que me juego es mi último gran contrato y tengo que pelear por eso. Además, porque cuando haces un contrato bueno, te sientes orgulloso de habértelo ganado. Y creo que estoy orgulloso de poder pensar que me lo puedo haber ganado. No me lo han regalado.

P. A la vista de lo mucho que le pegan y de lo que se duele en los partidos, parece que sí. ¿Por qué anda siempre por el suelo, metido en todas las trifulcas?

R. Yo las cosas me las tengo que ganar así. Son mis características. Soy un jugador que...

P. A Raúl no le pegan nunca.

R. Los jugadores somos diferentes. Yo voy al límite en cada jugada y eso crea un riesgo, pero nunca lo pienso. Cuando estoy a 200 pulsaciones, veo un balón y tengo que ir por él. No me queda más remedio. Es mi carácter. Me parece que ganar es importantísimo. Ser superior técnicamente, y todo eso que se dice en la prensa está bien. Pero primero hay que dar el máximo en el plano físico. Hay que incomodarse por el bien del equipo.

P. Da la sensación de que esta temporada se le valora más. ¿Qué ha cambiado en su juego?

R. Llevo dos temporadas muy buenas. El curso pasado me preguntaban lo mismo. Creo que estoy haciendo las cosas bien. He intentado aprender cada día y lo he conseguido.

P. ¿La renovación es un desafío?

R. Cada día encuentro un desafío. Cuando no quiera ganar más, y lo digo en todos los sentidos, ese día Míchel Salgado no volverá a jugar al fútbol profesionalmente.

P. ¿Está retando al Madrid a que le considere un jugador importante?

R. No. Cuidado, yo no soy quién para retar al Madrid. ¡Válgame Dios! Me reto a mí mismo. Para mí mismo. Ser mejor, ayudar a los compañeros, ganar... Esa pregunta está mal planteada.

P. ¿Tiene algo que ver Beckham en sus partidos recientes, tan valorados?

R. Nos ha asombrado a todos. Esperábamos otro tipo de jugador y es más completo de lo que pensábamos. Por mi parte, cuando me voy arriba, echo la vista atrás y siempre está David pendiente de mí.

P. ¿Hoy prefiere encontrarse a Edu, a Jesuli o a Gustavo López?

R. El Celta tiene un equipo que nos puede hacer daño. Sobre todo, en las bandas y en ese ver a Mostovoi libre. A Jesuli es difícil marcarle porque usa las dos piernas y no sabes por dónde te va a salir. Edu tiene mucha potencia y gol. Gustavo es uno de los mejores interiores zurdos de la Liga española: tiene un centro en carrera buenísimo, velocidad, dribling...

P. Sin embargo, el Celta de Miguel Ángel Lotina no es precisamente el de su época. Juega peor.

R. No sé si juega peor o no, pero ha conseguido algo que no se había conseguido antes. Puedes criticar a Lotina por no hacer un fútbol tan espectacular, pero sí lo ha hecho más rentable. Depende de lo que prefieras. Ahora mismo, el Celta está jugado la Champions. Y ésa es la realidad de la vida. Lo que distingue a Lotina es la fidelidad a su planteamiento a pesar de las críticas que recibió. Fue fiel a sus ideas sin levantar la voz. Como si supiera que con ellas iba a llegar a su destino. Ha conseguido lo que se propuso con algo que valoro mucho en un técnico: que no se vuelva loco cuando empiezan las críticas.

SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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