A la diestra de Pau Casals
La viuda del célebre violonchelista catalán entierra a su segundo marido, el gran pianista Eugene Istomin, en El Vendrell
Lugar de culto a Pau Casals, El Vendrell (Baix Penedès) fue la plaza elegida por el pianista Eugene Istomin -nacido en Nueva York en 1925, de padres rusos judíos emigrados a EE UU- para recibir sepultura. "Quiero ser enterrado junto al célebre violonchelista", manifestó en junio de 2001, en la inauguración de la reforma de la casa museo Pau Casals. Desde ayer, sus restos, llegados anteayer desde Washington, donde falleció el 11 de octubre a causa de un cáncer de hígado, reposan en una tumba a la derecha de la del gran violonchelista catalán, a quien conoció a finales de la década de 1940 y que marcó su vida artística y humanamente. En 1975, dos años después de la muerte de Casals, Istomin se casó con su viuda, Marta Montáñez, que ayer presidió, junto al violonchelista ruso Mstislav Rostropóvich y el pianista y director de orquesta francés Jean-Bernard Pommier, la sencilla e íntima ceremonia de su sepelio en el cementerio de El Vendrell. El acto reunió a cerca de 60 familiares y amigos de Istomin y Casals, algunos llegados a la capital del Baix Penedès desde el extranjero.
"Istomin no sólo fue un gran músico, también fue un gran ser humano", dijo Rostropóvich
Devoto de Casals -"fui afortunada en casarme con alguien que adora tanto al maestro como yo", dijo en una ocasión Marta Montáñez de su matrimonio con el pianista-, la personalidad de Istomin estuvo muy marcada por el célebre violonchelista, con el que formó una fructífera unión musical. Pero Casals no sólo influyó artísticamente en Istomin, que siempre huyó, pese a ser uno de los mejores pianistas de la última mitad del siglo XX, de la fama y la celebridad en favor de la verdad musical, sino que también le marcó humanamente transmitiéndole su humanismo y sentido de la lealtad.
"Todos sabemos lo que Eugene hizo por la música. La suya fue una personalidad armónica porque no sólo fue un gran músico, sino también un gran ser humano", recordó ayer Rostropóvich, que viajó desde Viena a El Vendrell para acompañar a la viuda en el entierro. También se desplazó a esta localidad Pommier, alumno de Istomin en Nueva York y amigo suyo. "Fuiste uno de los primeros entre los primeros y Casals lo supo desde el primer momento. Eugene, nos has enseñado a todos que debemos seguir el camino del corazón, ser fieles como tú lo fuiste y por ello no hiciste tantos conciertos en España como hubieras podido hacer, y nos has transmitido el mensaje de la humildad. Por todo ello he de decirte que nos has hecho muy felices", sentenció Pommier.
El cant del
ocells, que Casals popularizó con su violonchelo, interpretado por una coral infantil, acompañó a Istomin en su reencuentro con el célebre violonchelista mientras su viuda y los asistentes a la ceremonia arrojaban rosas rojas sobre su féretro.
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