Rajoy defiende su oferta "de centro" ante empresarios y banqueros

Mariano Rajoy reivindicó ayer el centro político y el "espíritu de la transición" como valores propios del PP que lidera y con el que quiere ganar las elecciones de marzo de 2004. Expuso ayer las líneas ideológicas de su programa electoral y su visión de la España constitucional en una conferencia organizada por FAES (la fundación del PP que preside José María Aznar), a la que acudió una nutrida representación de empresarios y banqueros.

El candidato del PP a la presidencia del Gobierno defendió como valores de su partido el "saber escuchar y lograr consensos" tras "huir de posturas dogmáticas", y el haber conseguido "gestionar los asuntos públicos con ética, honradez y eficacia". Era la primera de una serie de cuatro conferencias programáticas y se ocupó de la "España constitucional". Las otras tres versarán sobre política social, política internacional y política económica.

Rajoy alabó el "espíritu de la transición" por haber logrado "un país abierto, integrado y plural" de forma "pacífica y consensuada". El único borrón de esa vuelta "a la costumbre civilizada de la negociación" es el terrorismo. Por eso, se comprometió a hacer de la lucha contra el terrorismo su "primera prioridad personal en la vida pública".

"Voté la Constitución", confesó, para puntualizar que defiende "la noción de España constitucional, única, plural y solidaria que el PP comparte con tantos millones de españoles". Esa noción significa, según él, alternacia política, partidos fuertes y un sistema de gobierno que ponga "a salvo" a los ciudadanos de "quienes creen que tienen toda la razón de su parte". Y significa también que "el único sujeto soberano" en España es "el pueblo español en su conjunto" y que "nada puede conseguirse contra la voluntad de la mayoría de los españoles".

Tras enfatizar que la Constitución de 1978 no es "una disposición transitoria" Rajoy mantuvo que ésta "emana de un sujeto histórico que es España". El candidato del PP defendió que su partido está "abierto a personas de todas las procedencias". Con dos requisitos: ha de ser gente convencida de que "nadie puede sustituir al conocimiento que tiene la sociedad de sus propios intereses", y gente que haya asumido que "la caída del Muro de Berlín significó el fin de los experimentos de ingeniería social" y "supuso la liberación de centenares de miles de personas". Presumió de que el PP ha tenido el "mérito de saber evolucionar y adaptarse a una sociedad que cambia sin renunciar a sus principios". Por eso "es el partido del centro".

Con esa base, adelantó que la Educación será clave en su programa. Se trata de que las aulas formen "ciudadanos responsables en libertad y en el buen uso de su condición de ser social". Uno de los enemigos de ese fin es la "cultura-basura", que definió como "un entramado de satisfacción para adolescentes desorientados". Sin más datos, apeló "a la responsabilidad de los medios de comunicación, especialmente los audiovisuales", para "trabajar por una propuesta cultural exigente", que tenga un "humus democrático y liberal". Otro eje de su programa será el apoyo a la ciencia y la innovación "con medidas eficaces" que involucren a "la iniciativa social y empresarial".

Ayer le escucharon, entre otros, Florentino Pérez, presidente de ACS, Alfredo Sáez, consejero delegado de Banco Santander, José Luis Leal, presidente de la patronal bancaria, Gerardo Díaz Ferrán, presidente de CEIM, Manuel Pizarro, presidente de Endesa, Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, José María Arias, presidente del Banco Pastor, Íñigo de Oriol, presidente de Iberdrola, José María Entrecanales, presidente de Entrecanales, Carlos Espinosa de los Monteros, presidente de Mercedes Benz, Tomás Pascual, presidente del grupo Pascual, o Carlos Pérez de Bricio, presidente de Cepsa. Después viajó a Bruselas a participar en una reunión del Partido Popular Europeo (PPE).