"Veo un peligroso retroceso de las libertades, sobre todo en este país"
Esteban Ruiz nació en Jaén, en 1966, aunque está afincado en Almodóvar del Río, donde desarrolla su obra como pintor y escultor. Acaba de ser premiado en la bienal Issy-Les-Moulineaux de París.
P. ¿Qué significa este premio?
R. No me lo esperaba, ha sido una sorpresa. Supone bastante porque esta bienal abre la temporada de otoño y el sector está muy atento. Además, ha tenido un carácter muy internacional, aunque yo era el único español que ha participado.
P. ¿Le quieren más en Francia que en su tierra?
R. Eso siempre ha sido así, desgraciadamente. Me fui porque no tenía futuro aquí. Cogí una mochila con 23 años porque iba a tener más oportunidades que en Córdoba y en Andalucía, donde el arte contemporáneo está bajo mínimos. Es como vender calefactores en el desierto.
P. ¿Por qué?
R. La cultura tradicional de Córdoba es muy importante, pero se debe dar cobijo a nuevos artistas y tendencias. El arte está demasiado institucionalizado y aun así no se dan esos resortes públicos. Además, no hay colecciones privadas en comparación con otros países. Otra cuestión significativa es que en España se paga el 16% de IVA al comprar una obra de arte y en Francia el 6%. En otros países incuso menos.
P. ¿Ha vendido algún cuadro en Córdoba?
R. Se da la paradoja de que no. Sí en Estocolmo, Chile, Francia o Nueva York. En Córdoba no existo. Tampoco he tenido la oportunidad de exponer, sólo en la Diputación.
P. ¿Es como si no hubiera artistas contemporáneos en Córdoba?
R. Sí los hay, pero tenemos que desarrollar nuestro trabajo fuera. Están Miguel Gómez Losada y Nieves Galiot. Es triste porque los andaluces nos caracterizamos por la creatividad. Somos los eternos quijotes y todo lo nuevo se critica.
P. ¿Qué espera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo?
R. Tengo esperanzas de que pronto empiece a apostar por los jóvenes, además de realizar exposiciones de los artistas consagrados.
P. ¿Qué ocurre con las escuelas?
R. Las escuelas de Bellas Artes están anquilosadas en el siglo XIX. De ellas salen dibujantes magníficos, pero creadores nefastos. Habría que incentivar la capacidad de innovación.
P. Ahora se vuelca en la defensa de los derechos humanos. ¿Por qué?
R. Creía que era un paréntesis, pero sigo con ello porque veo un peligroso retroceso de las libertades, sobre todo en este país. Yo he vivido muy seguro toda mi vida y no quiero perder la libertad por una amenaza auspiciada por Estados Unidos. El artista debe involucrarse desde el trabajo propio. El arte debe inmiscuirse en los hechos globales, meter el dedo en la llaga y activar conciencias.
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