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Reportaje:

Resucitar en plena calle

Los desfibriladores en espacios públicos podrían evitar muchas muertes por paro cardiaco

Un paro cardiaco sobreviene muy habitualmente fuera del ámbito sanitario. Puede ocurrir en la calle, en un centro comercial, en grandes concentraciones deportivas, en espectáculos, en el propio hogar y en cualquier lugar y circunstancia. Lo más razonable es solicitar urgentemente ayuda profesionalizada, pero hasta que ésta llega los segundos son vitales y la aplicación correcta de unas maniobras básicas de resucitación cardiopulmonar pueden condicionar el salvar la vida al paciente y evitar que presente secuelas graves", afirma Víctor Martínez Landeras, intensivista y director de docencia del hospital Marqués de Valdecilla, de Santander. La disponibilidad de un desfibrilador para restaurar el ritmo cardiaco salvaría todavía más.

Los científicos apoyan la colocación de estos aparatos en espacios muy concurridos
El desfibrilador suministra la descarga eléctrica necesaria que ayuda a normalizar el ritmo del corazón

La muerte súbita es responsable directa del 55% de los fallecimientos que se producen en los países desarrollados por patologías cardiovasculares. Una parada cardiorrespiratoria supone la interrupción brusca de la capacidad del corazón de bombear sangre. El cerebro es el órgano que antes acusa esta falta de riego, que si no se resuelve en siete u ocho minutos puede provocar un daño irreversible o la muerte encefálica y definitiva.

Éstos, y por este orden, son los primeros pasos de la llamada cadena de la vida o de la supervivencia. La ayuda se debe pedir a los servicios de urgencias extrahospitalarias o al centro sanitario más próximo.

Madrid es, según coinciden todos los expertos, una de las ciudades del mundo con mejor atención médica de urgencia extrahospitalaria. Dispone del teléfono 061 del Summa (Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid) y del 112 del Samur (Servicio de Asistencia Municipal de Urgencias y Rescate). No obstante, en todas las comunidades autónomas funcionan para el mismo fin estos teléfonos. El Centro de Urgencias del 061 de toda España, ubicado en Madrid, que es el de mayor capacidad operativa de Europa, recibe, gestiona, regula y moviliza los recursos asistenciales para atender un millón de llamadas al año (unas 2.700 al día), aunque sus posibilidades reales permitan recibir tres millones de llamadas anuales (unas 8.000 al día).

Según Martínez Landeras, el paro cardiorrespiratorio debuta con un desvanecimiento y las posibilidades de recuperación disminuyen cada minuto que pasa. Hay que asegurarse de que existe pérdida de conciencia hablando y golpeando suavemente al paciente. También hay que considerar el pulso, que debe tomarse en la carótida (cuello). Es igualmente necesario acercar la mejilla y la oreja a la boca y nariz de la víctima para comprobar si circula el aire, a la vez que con el rabillo del ojo observar si el tórax y el abdomen se mueven.

"En la identificación de la parada no debemos extendernos más de 20 segundos, para pasar en seguida a la ventilación boca a boca y al masaje cardiaco. El aire que el resucitador exhala tiene suficiente oxígeno para que sea útil a la víctima y puedan empezar a ventilar sus pulmones. Tanto el boca a boca como el masaje cardiaco, que suponen las maniobras de RCP [reanimación cardiopulmonar] básicas, exigen unos mínimos conocimientos y habilidades", asegura Martínez Landeras. Para Carmen del Arco Galán, internista del servicio de urgencias del hospital público universitario de La Princesa, de Madrid, y responsable de docencia en RCP de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES) de Madrid, sería fundamental que "al igual que sucede en EE UU, que se ha creado una buena cadena de formadores en RCP, los europeos tuviéramos más estructurada la enseñanza de estas prácticas a la población general". Las habilidades básicas en RCP no figuran en los programas de las facultades de medicina, y los médicos las aprenden al formarse en la especialidad.

El desfibrilador semiautomático (de un tamaño aproximado al de un maletín) es un instrumento de gran utilidad. Para su uso es necesaria una formación de varias horas. Cada vez son más frecuentes en aeropuertos, superficies comerciales y otros espacios concurridos. Este aparato, que reconoce la ausencia o el tipo de ritmo, proporciona la necesaria descarga eléctrica que ayuda a normalizar el ritmo cardiaco o actividad eléctrica del corazón.

Cuando un corazón fibrila, según Del Arco Galán, mantiene un ritmo caótico y no bombea sangre. Si no se ataja, puede ser la antesala de un paro que deje graves secuelas o cause la muerte del paciente. Hay personal especialmente entrenado en usar desfibriladores; policías, bomberos, azafatas y socorristas, entre otros. Cada vez son más las compañías aéreas que instalan desfibriladores semiautomáticos en los aeropuertos. En la década de 1990 se popularizó en EE UU la instalación de estos aparatos.

Recientes trabajos científicos, publicados en revistas como Circulation, revelan al estudiar la relación coste-beneficio-calidad de vida que los desfibriladores deben instalarse en lugares muy concurridos, cuando las posibilidades de uso son de al menos una vez cada cinco años. Esta tesis es compartida por organizaciones científicas como la Sociedad Americana del Corazón y el Consejo Europeo de RCP.

"Si resulta exitosa toda la cadena de RCP y logramos mantener al paciente con vida", dice Del Arco Galán, "su supervivencia dependerá en gran medida de la causa del paro cardiorrespiratorio. Si ha sido por traumatismos por accidente, intoxicación o ahogamiento, el paciente suele quedar recuperado totalmente. Pero si la causa es una patología cardiovascular de base, como pasa en la mayoría de los casos, la supervivencia al año se reduce al 10%".

El doctor Víctor Martínez Landeras, intensivista del hospital Marqués de Valdecilla de Santander.
El doctor Víctor Martínez Landeras, intensivista del hospital Marqués de Valdecilla de Santander.PABLO HOJAS

Un robot todo corazón

En apariencia, es un maniquí común. Pero, observado de cerca, es un robot de soporte vital, que nos permite reproducir, como si se tratara de un humano, todo tipo de situaciones de riesgo cardiovascular", dice Luis García Castrillo, intensivista y director del Centro de Estudios en Medicina de Urgencia (CEMU), creado por el Gobierno de Cantabria en 1987 y dependiente de la Fundación Marqués de Valdecilla, de Santander.

El CEMU (942 33 63 20; www.fmdv.org) es pionero en desarrollar cursos de medicina de urgencias desde hace 15 años para sanitarios de toda España. Ahora ha incorporado a sus cursos de reanimación cardiopulmonar básica y avanzada un sistema robótico de aprendizaje por simulación que facilita la creación de situaciones de emergencia cardiovascular del máximo realismo.

El sistema combina el maniquí Skillmaster Heart Sim 4000 con una herramienta de creación por ordenador de escenarios de crisis cardiovasculares.

"Las ventajas de esta forma de aprendizaje por simulación es que se pueden repetir los casos tantas veces como sea necesario, se pueden cometer errores y aprender de ellos sin dañar a un paciente real y se pueden reproducir las situaciones raras y difíciles en las que la aplicación rápida del tratamiento correcto es vital", señala García Castrillo. Estos programas no se imparten en las facultades de medicina y requieren bastantes horas de formación y entrenamiento.

Revivir a un niño

Cualquier niño con una enfermedad grave tiene el riesgo de sufrir una parada cardiorrespiratoria. Si ésta se produce en un centro asistencial, el pequeño debe ser atendido inmediatamente por pediatras o personal familiarizado con las técnicas de resucitación en los niños, según Javier Benito, jefe de Urgencias Pediátricas del hospital público de Cruces de Vizcaya.

"En los bebés y niños", explica, "lo habitual es que, al contrario que en los adultos, aparezca primero el fallo respiratorio y después el cardiaco". Cuando el paro cardiorrespiratorio acontece fuera del ámbito sanitario, a juicio de este experto, lo mejor es pedir rápidamente ayuda y, si es posible, emprender la respiración boca a boca para intentar que los pulmones empiecen a ventilar. "En los niños la atención precoz y profesionalizada es, si cabe, mucho más importante. Si sufre una parada en casa, en la calle, en el parque, en el colegio, en la piscina, ya sea por ahogamiento, intoxicación o traumatismos por diferentes causas, las posibilidades de supervivencia o de recuperar al pequeño sin secuelas son reducidas si no es atendido precozmente por expertos", sostiene Benito.

"Sería fundamental", añade, "que los profesionales que trabajen con niños, como profesores, monitores o animadores, tuvieran unos conocimientos y habilidades básicos de resucitación cardiopulmonar para poder mantener estable al pequeño hasta que llega la ayuda de los sanitarios".

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