"El arte no es un oficio, es una forma de comunicarse"
A María Victoria Arkaia no le gusta hablar de sí misma. Ni de sus cerámicas. Ni de sus trabajos en esmalte sobre cobre. Ni del proceso por el que convirtió su pasión, el arte, en una profesión. "Yo sólo soy una empleada de Kutxa que dirige la Sala- Kubo. Hablemos de la sala", dice. Todavía no hace tres años desde que asumió la programación de este espacio de 1.000 metros cuadrados, que atrae cada año a una media de 130.000 visitantes. Arkaia se estrenó con una antológica de Oteiza y ahora se prepara para inaugurar, el 22 de octubre, Compañeros de viaje, una exposición colectiva en recuerdo del escultor oriotarra que repasa la trayectoria artística común de Balerdi, Goenaga, Mendiburu y Zumeta.
Pregunta. ¿Qué papel ocupa la Sala-Kubo en el entramado cultural donostiarra?
Respuesta. Kutxa se propuso desde el principio impulsar una programación complementaria a lo que se estaba haciendo en la ciudad y pensada para llegar a todo tipo de públicos. Por eso hemos alternado distintos proyectos: se han podido ver desde las esculturas de Oteiza a las fotografías de Ordóñez Falcón, los diseños del modisto Balenciaga o las pinturas de Saura. Pero siempre hemos buscado un factor diferenciador, una intención didáctica para tratar de aportar algo más, para que los proyectos impregnen al público. Sería muy triste que todo se limitara a un paso estático y anecdótico por la sala.
P. Con Saura ensayaron la fusión de pintura con un recital poético-musical. En Compañeros de viaje, ¿cómo piensan ganarse a los visitantes?
R. Goenaga y Zumeta van a dirigir los talleres escolares y además tendremos, entre otros, a Javier Viar, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, y a Bernardo Atxaga, que hará una lectura poética y buscará puntos de encuentro entre las trayectorias de estos artistas que han compartido actividades, intenciones, planteamientos... Aunque Balerdi y Mendiburu fallecieron hace más de una década, su obra quizá se entiende hoy mejor que entonces.
P. ¿Por qué? ¿Los buenos artistas siempre caminan por delante de la sociedad?
P. Creo que sí. Los buenos son los que abren nuevos caminos y eso siempre cuesta, porque se necesita una constancia, una continuidad.
P. Y no es un oficio fácil.
R. Empieza por no ser un oficio, el arte es una necesidad, una forma de expresarse, de comunicarse.
P. Sin embargo, existe una distancia entre los artistas y el público. Es un problema de...
R. Falta de hábito. Cuanta más pintura se ve, más fácil es llegar a apreciarla, a disfrutarla y a animarse a formar una pequeña colección propia. En todo caso, creo que existe un interés creciente por el arte, propiciado en parte por la facilidad que tenemos hoy para tener acceso a la información.
P. ¿La solemnidad de las salas de exposición supone una barrera para este acercamiento?
R. La realidad es que hay que tratar de conciliar ese acercamiento al público con las normas de control de temperatura, de humedad o de iluminación, imprescindibles para la buena conservación de las obras de arte.
P. ¿Cuál es la forma adecuada de educar en el valor las artes plásticas?
R. Participar. Lo que uno hace, marca de forma mucho más directa que lo que ve hacer. En los talleres he comprobado que los niños no tienen ningún problema para entender la ocupación del espacio de Saura o la desocupación de Oteiza. Nosotros vamos a seguir trabajando en este sentido, también con colectivos como Gautena [Asociación de Autistas].
PERFIL
María Victoria Arkaia (San Sebastián, 1955) entró a trabajar en lo que hoy es Kutxa con 18 años. Su perfil artístico -en sus comienzos compaginó su empleo con estudios de arte- marcó su trayectoria dentro de la entidad: gestión del patrimonio artístico, programación de las desaparecidas salas de exposiciones de Garibay, etcétera. Hasta que hace tres años Kutxa inauguró su sala en el Kursaal donostiarra y le encargó la dirección.
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