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Una familia tuvo esclavizados durante meses a dos menores y dos jóvenes

La policía arresta a cinco personas por detención ilegal y lesiones

Desnutridos, esclavizados y con el pánico en sus rostros. Así encontraron los agentes de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía a cuatro jóvenes, dos de ellos menores, que eran retenidos en contra de su voluntad en una fábrica de palés de Alcalá por una familia. Si no cumplían con las labores encomendadas, recibían fuertes palizas, que en una ocasión produjeron hasta la rotura de una pierna a uno de ellos, según la policía.

La lamentable situación en la que vivían los cuatro adolescentes pudo descubrirse el pasado miércoles 8 de octubre, gracias a que uno de los menores logró escabullirse de las chabolas en las que trabajaba y llegar hasta el centro de la localidad. Los agentes de la comisaría alcalaína localizaron al chico en las cercanías del centro comercial de de la plaza de Juan Carlos I.

El joven sufría un grave cuadro de desnutrición, heridas de distinta consideración y lesiones por diversas quemaduras. Fue trasladado al hospital Príncipe de Asturias de la localidad, donde los médicos le exploraron más detalladamente. Los agentes tomaron declaración al menor y éste les contó que estaba retenido, al igual que otros tres muchachos más, en unas chabolas situadas junto al río, en la avenida de Roma, que une la carretera de Barcelona (N-II) con la carretera de Arganda del Rey (M-300). El muchacho señaló que era víctima de malos tratos, que estaba encerrado en contra de su voluntad y que sufría numerosas agresiones. Y todo ello a cambio de un plato de comida y sin recibir remuneración o poder salir de las chabolas, según informó la Jefatura Superior de Policía.

Los policías del Módulo Integral de Proximidad (MIP) II de Alcalá comenzaron las investigaciones y comprobaron que en un camino vecinal junto al río Henares, junto a un antiguo mesón abandonado, había tres familias que se dedicaban a fabricar palés de madera. Los jóvenes eran encerrados y obligados a trabajar sin contrato ni alta en la Seguridad Social.

Las detenciones se produjeron el pasado viernes, cuando los policías comprobaron que se encontraban en las chabolas todos los integrantes de la familia que supuestamente encerraba a los muchachos. En el registro, los agentes encontraron a los otros jóvenes retenidos. Uno de ellos, un menor de 15 años, natural de Tánger (Marruecos), que también estaba desnutrido y era obligado a trabajar en condiciones extremas. El chico, al igual que el anterior, fue puesto bajo la protección de los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, que se encarga de su tutela.

Los policías siguieron registrando el poblado chabolista y descubrieron a los dos mayores de edad. Estaban completamente asustados y escondidos en las cercanías del río. No sabían que se trataba de la policía y temían nuevas represalias. Las declaraciones de ambos jóvenes, según fuentes policiales, resultaron "especialmente duras". Los jóvenes relataron que llevaban más de cuatro años trabajando en la fabricación de palés. La familia detenida les obligaba a manejar potentes sierras para cortar la madera durante todo el día y les encargaba una tarea diaria. Si no la cumplían, les infligían brutales palizas. En alguna ocasión llegaron incluso a romper una pierna a uno de los jóvenes, que no recibió ningún tipo de asistencia médica. Se curó con el paso del tiempo, según consta en la declaración de los jóvenes.

Regreso a Portugal

Los dos mayores eran de origen portugués, por lo que, tras prestar declaración, se marcharon en tren al país luso. Los agentes de Alcalá de Henares se pusieron en contacto con el consulado de Portugal en Madrid y éste les facilitó los billetes de tren para regresar a su país. Salieron la noche del pasado viernes, tras prestar declaración ante el juez y el abogado defensor de los detenidos. Este trámite, conocido como prueba preconstituida, les permitirá el no tener que regresar cuando se celebre el juicio contra los acusados.

Los detenidos pasaron a disposición del titular del juzgado número 5 de Alcalá, que instruye el caso. Éste decretó el ingreso en la prisión de Alcalá-Meco. Entre los detenidos están Julio C. S.S., de 36 años, con ocho identidades distintas y una docena de antecedentes por robos y su hermano Delfín C. S.S., de 38 años, con cinco detenciones también por robos.

Las mujeres de ambos, Adoración M. J., de 31 años, y Estrella M. G., de 25. A esta última le constan cuatro detenciones por robo y lesiones y una orden judicial de busca y captura. El quinto detenido es un ciudadano portugués sin antecedentes.

Un tío de los detenidos, Celso Marín, negó las acusaciones de los menores y señaló que sus familiares "cuidaban perfectamente" a los chavales. "Se ha montado todo ese lío, encima que les daban de comer y les vestían. Nadie les retenía contra su voluntad", añadió Marín.

El poblado estaba repleto de palés, que se apilan de forma desordenada en medio de la tierra. Perros famélicos deambulaban sin rumbo fijo entre montones de basura y objetos viejos desperdigados por el suelo. El juzgado número 5 de Alcalá había precintado las máquinas de serrar propiedad de los detenidos, así como la carretilla elevadora (normalmente conocida como toro). Las dos chabolas donde vivían los detenidos y los chavales supuestamente retenidos permanecían abiertas de par en par.

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