Zapatero, esa bestia
1. Ya se vio que pintaban bastos el día que José María Aznar rebajó a Francisco Álvarez Cascos de mejor ministro de Fomento de la historia de España a mejor ministro de Fomento de la democracia. Fue de un mitin para otro, sin que nada, en apariencia, justificara la degradación. Pero, ¡ay, amigo!, ¿quién podía sospechar que llegáramos adonde hemos llegado? Cascos ya sólo aspira a una nota a pie de página en los libros de historia: "Le encargaron un tren de gran velocidad y, aunque sólo logró que fuera a 50 kilómetros por hora, no murió nadie". Por cierto, Aznar está falto de reflejos: no ha dicho que la oposición fía sus ambiciones políticas a que los pasajeros del AVE Madrid-Lleida vuelvan a casa en féretros. Desde que se ha prejubilado no es el mismo.
Ojo, Alfredo Urdaci: vas a conseguir que gane las elecciones José Luis Rodríguez Zapatero... ¡y ya tendría mérito!
2. Si José Luis Rodríguez Zapatero se alió con Sadam Husein, disfrutó con el hundimiento del Prestige, es un carroñero que hurga en guerras y asesinatos, desea acabar con las pensiones y ha colocado una bomba de relojería para aniquilar la Guardia Civil, ¿no va a querer muertos en el AVE? ¡Claro que sí! Zapatero tiene lo que Ángel Acebes llama "un perfil delincuencial verosímil", frase que encubre lo que toda la vida se ha llamado persona adecuada para comerse un marrón, aunque hasta ahora ningún ministro del Interior había hablado abiertamente de ello. Hay que reconocerle a Acebes desparpajo, ya que no eficacia. Una mujer es detenida, juzgada y condenada por error, y el ministro del Interior protesta: "Oiga, ¿qué podía hacer la policía, si esa mujer tiene un perfil delincuencial verosímil?". La lógica obligaría a Acebes a querellarse contra la mujer por haber inducido a la policía a error. Junto a José María Michavila, forma la mejor pareja de ministros de la democracia, quién sabe si de la historia de España, aunque el ministro de Justicia es más ecuánime, y reparte las culpas de los delitos escandalosos entre el jurado, la telebasura, la Ley del Menor, la Junta de Andalucía y el PSOE, que ha abandonado el pacto de la Justicia por electoralismo, sin pensar en el bien del país, cosa bastante normal, ya que Zapatero quiere desintegrar España: pum, adiós país.
3. Ante la descripción que el Gobierno hace del líder socialista, el primer impulso es comprar los derechos de autor del Zapatero del Telediario para enfrentarlo a Anthony Hopkins y preparar Hannibal III. El antropófago contra la bestia socialdemócrata. Hablando de ficción, me gustaría ofrecer, humildemente, un consejo a Alfredo Urdaci, jefe de informativos de TVE: tiene que decidirse por un bueno. Hasta la prejubilación de Aznar, el Telediario se basaba en un bueno (Aznar) que zurraba a varios malos (toda la oposición). Ahora, en cambio, en el Telediario hay varios buenos (Aznar, Rajoy, Rato, Zaplana, Arenas y un ministro de turno) que zurran a un solo malo (Zapatero). ¡Es un error, Urdaci, hazme caso! Esa forma de contar las cosas genera simpatía hacia el malo, y más teniendo en cuenta que muchas veces el malo ni siquiera aparece en pantalla, con lo que puede convertirse en un personaje de leyenda. Ojo, Urdaci: vas a conseguir que gane las elecciones Zapatero... ¡y ya tendría mérito!
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