El CNI envía un equipo a Irak para investigar el primer asesinato de un agente

El director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezcallar, ha decidido enviar un equipo de expertos para investigar las circunstancias que rodearon la muerte del número dos de servicio secreto en Bagdad, José Antonio Bernal. Fuentes próximas al CNI admiten la dificultad de aclarar el crimen en una situación tan caótica como la que actualmente se vive en la capital iraquí, pero consideran imprescindible determinar qué ocurrió para evitar que pueda repetirse un suceso similar en el futuro. La clave está en aclarar si Bernal conocía a uno de sus agresores, al que abrió la puerta de su casa, y éste le tendió una trampa. La identificación de la fuente informante de un agente secreto sólo puede realizarla otro agente secreto.

El CNI no puede llevar a cabo una investigación policial en Bagdad, por lo que su equipo tendrá que apoyarse en la incipiente policía iraquí creada por EE UU y en las fuerzas de la coalición. Pero su cometido no consiste tanto en detener a los culpables como en determinar si hubo algún fallo de seguridad y en recomendar medidas para evitar que éste pueda repetirse. Para ello, los investigadores del CNI pretende interrogar al superior directo de Bernal, el agregado titular del servicio secreto en Bagdad, y a su antecesor, ya que el primero sólo lleva algunas semanas en el puesto.

Si Bernal conocía a uno de sus asesinos y éste era una de sus fuentes de información, su identidad podría ser conocida por los agentes españoles que han trabajado en Bagdad en los dos últimos años. En lugares como Irak lo normal es que los agentes trabajen en equipo, según las fuentes consultadas, aunque no puede excluirse que el militar asesinado tuviera un contacto no compartido con su superior. En todo caso, el asesinato de Bernal, el primero de estas características que se produce en toda la historia del servicio secreto español, obliga al CNI a analizar todas las circunstancias que lo han rodeado y a someter a revisión sus procedimientos y medidas de seguridad.

Por otra parte, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, dijo ayer que no ha solicitado refuerzos a Estados Unidos para aumentar las medidas de seguridad de la Embajada española en Irak porque el Gobierno las considera "suficientes", pese al atentado que el jueves costó la vida a José Antonio Bernal. Así lo confirmó el ministro portavoz, Eduardo Zaplana, al final del Consejo de Ministros, que aseguró, además, que el Gobierno no tiene previsto comparecer en el Congreso para explicas las circunstancias del asesinato de Bernal ya que "no ha variado la situación". "Si se produjeran situaciones relevantes, el Gobierno comparecería", precisó el portavoz. El Gobierno restó ayer importancia a las críticas que le dirigen desde los medios diplomáticos sobre las medidas de seguridad que rodean a la representación española en Irak. Dichas medidas de seguridad consisten en media docena de policías iraquíes sin armas, apostados ante de la embajada, y cuatro agentes españoles del Grupo Especial de Operaciones (GEO), instalados en el interior. Éstos se encargan preferentemente de la seguridad del principal representante de España, el encargado de negocios, Eduardo de Quesada, o, en su ausencia, el cónsul Pablo Rupérez.

El ministro portavoz, tras señalar que las medidas de seguridad son "suficientes", recordó ayer que el Gobierno adoptó medidas adicionales de protección en la legación diplomática española, tras el atentado contra la sede de la ONU en Bagdad que costó la vida al capitán de navío Manuel Martín Oar en agosto. No obstante, Zaplana precisó que dichas medidas se someten a revisión periódica entre los ministerios de Exteriores e Interior. "El equipo de geos encargado de proteger el personal de la Embajada está en contacto con los ministerios de Interior y Exteriores, evaluando permanentemente la situación de seguridad y modificando algunos aspectos", dijo ayer Ana Palacio, a la Cope.

El ministro portavoz se negó a vincular el atentado terrorista del jueves con el alineamiento del Gobierno español con el de EE UU. El Gobierno, que atribuye el atentado a grupos residuales vinculados al Gobierno derrocado de Sadam Hussein, parte de la base de que en Irak "no hay resistencia sino terrorismo" y que, por tanto, a los atentados hay que darles el mismo tratamiento político que a cualquier tipo de terrorismo, como el etarra. "No hay que ceder a la presión terrorista", insistió.

Por otra parte, la familia de José Antonio Bernal podrá acogerse a la indemnización que establece la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo por el asesinato del agente del Centro Nacional de Inteligencia, según informaron a Europa Press fuentes del Ministerio del Interior. De acuerdo con esta ley, la familia de la víctima percibirá 138.000 euros (23 millones de pesetas) y su viuda contará con el doble de la pensión de viudedad que le corresponde.

La ley fue reformada en marzo de este año y señala que cuando los actos terroristas "se hayan cometido fuera del territorio nacional por personas o grupos cuya actividad terrorista no se desarrolle principalmente en España, el ministerio podrá conceder ayudas excepcionales a los españoles víctimas de tales actos".