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Entrevista:Josep Lluís Mateo | ARQUITECTURA

"La apuesta del Forum 2004 es más moderna que la del 92"

Josep Lluís Mateo (Barcelona, 1949) ha declarado que durante años fue "en el extranjero, el arquitecto de Barcelona, y en Barcelona, el del extranjero". Lo cierto es que tras formarse en su ciudad natal y tras ejercer como crítico antes que como arquitecto, en los últimos años ha crecido, profesionalmente, sobre todo fuera de su ciudad. Considera que "en el mundo de la globalización tenemos que tener una base desde la que trabajar", y él ha decidido que esa base sea Barcelona, su ciudad, en la que construye actualmente su mayor edificio.

PREGUNTA. Ha dicho que la dureza de Barcelona le ha hecho resistente.

RESPUESTA. Me he pasado años haciendo propuestas que escapaban a los temas de discusión local. Esa situación a la larga ha sido positiva: me ha obligado a insistir, a radicalizarme, a hacerme resistente, a desarrollarme y a intentar buscar otras salidas y otros mercados. No envidio a la gente que ha podido crecer fácilmente aquí.

"Se construye por la energía que te da el no saber muy bien cómo acabar"
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P. Pero ha vuelto y construye en Barcelona su mayor edificio hasta la fecha, que es también uno de los mayores de la ciudad: el Centro de Convenciones Internacional del Forum 2004, un gigante que no ha querido convertir en un volumen introvertido. ¿Cree que lo ha conseguido?

R. Cuando uno está construyendo siempre tiene dudas. Por eso construye, por la energía que te da el no saber muy bien cómo acabar. Es un proyecto muy importante para mí y para la ciudad. Culturalmente corresponde a una generación de edificios tipo container industrial caracterizada por formas amorfas e indefinidas, que se producen por todo el mundo. Frente a esa situación, mi reto ha sido hacer un edificio más abierto, que exprese la gran escala...

P. ¿Cómo se abre un contenedor?

R. Haciéndole dos cortes. Uno, central, hace que aparezca un jardín. El otro, en la fachada que da al mar, adentra las vistas a buena parte del edificio. Es un edificio cerrado, pero abierto. Tendrá la mayor ventana sobre Barcelona.

P. Ha hablado del interior casi con excusas, asegurando que el uso puede destruirlo, que el mobiliario o la señalización serán cruciales. ¿No está dejando demasiado en manos del azar?

R. La naturaleza del edificio, que será como un plató en el que resulta más importante redistribuir el espacio que embellecerlo, así lo exige. El edificio será tan flexible que su imagen dependerá de la señalización. Por eso es importante la intervención de otros artistas, como la escultora Cristina Iglesias, que instalará una pieza suspendida en el vestíbulo capaz de definir el espacio a partir de las sombras. El suelo quedará manchado por las sombras y el espacio se unificará. De esta manera no importará tanto que las sillas sean feas porque eso no afectará al conjunto.

P. ¿El Centro de Convenciones representa la nueva Barcelona o el nuevo Mateo?

R. Para mí este edificio construye una serie de preocupaciones que ya había desarrollado en escala media. Pero para la ciudad, toda la forma de crecimiento de 2004 es un urbanismo muy contemporáneo que recoge las preocupaciones de la década pasada: el terrain vague, las depuradoras, el paisaje industrial que rodea a muchas ciudades y que las nuevas urbes tienden a reconvertir en nuevos centros en los que es posible levantar una nueva ciudad relacionada con la original pero diferente de la vieja. Esta situación real ha generado mucha discusión teórica pero pocos proyectos resueltos de una forma atractiva. Espero que éste, no sólo el mío, todo el plan de 2004, se convierta en una referencia.

P. ¿Una referencia del crecimiento urbano?

R. De un modo de construir nuevos lugares urbanos no periféricos. Espacios que, sin ser históricos y gracias a otras prestaciones, puedan llegar a ser centrales para la vida de la ciudad. En ese sentido, la apuesta barcelonesa de 2004 es mucho más moderna que la de 1992, que alargaba la ciudad sin discutir centralidades.

P. Su arquitectura elige con frecuencia ser más discreta que aparentemente innovadora.

R. Me interesa dar una respuesta adecuada e inteligente. No hace falta ser agresivo si no es necesario. Evito la retórica y prefiero que la expresión sea un descubrimiento y no un punto de partida. Mi voluntad no es tanto de contención como de precisión. Me encuentro cómodo y seguro cuando tengo razones claras para operar, por eso soy incapaz de llegar a un sitio y hacer un croquis certero. Necesito tener fundamentos sólidos antes de tomar decisiones.

P. Pero en sus últimos proyectos, la sede de la Diputación de Harleem en Holanda y, sobre todo, el Centro Cultural de Castelo Branco, en Portugal, rompe esas formas contenidas. ¿Por qué?

R. Estoy más suelto, me encuentro más cómodo. Probablemente yo sea diferente, pero también el tipo de encargos lo es y permite más libertad. A veces la experiencia te ancla, pero en mi caso, lo mejor del conocimiento que he ido adquiriendo es que me permite nuevos grados de libertad.

P. ¿Los autores de arquitecturas espectaculares le parecen más libres o más esclavos?

R. Siempre más libres mientras no termine uno siendo esclavo de su propio estilo, de su pasado y de su obra.

P. Ha descrito su receta para ganar concursos como un mundo de depredadores. "Analizamos al cliente como si estuviéramos en una cacería: antes de disparar, observar al animal, cómo se mueve, dónde va, para, al final, disparar una única bala". ¿Tan salvaje está el panorama?

R. Sí. Los concursos son cacerías, tienes que analizar mucho para no desperdiciar la única bala que tienes. Creo que la época del cazador que llega a cazar en helicóptero y dispara sin conocer el terreno está acabando. Cada vez interesa más el arquitecto que husmea, entiende la situación y sólo entonces dispara su bala. Las posibilidades de acierto son mayores.

El nuevo centro de congresos que Josep Lluís Mateo construye en Barcelona para el Fórum 2004 es uno de los mayores de Europa.

El arquitecto Josep Lluís Mateo.
El nuevo centro de congresos que Josep Lluís Mateo construye en Barcelona para el Fórum 2004 es uno de los mayores de Europa. El arquitecto Josep Lluís Mateo.MARCEL.LÍ SÁEZ

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