El perfil de las víctimas es ser mujer
Hoy ha muerto asesinada otra mujer, esta vez en Valencia. La noticia la han dado en los medios de comunicación en unos segundos. Me he quedado estupefacta. Si se hubiera tratado de un político, o de un militar, el despliegue mediático y las condenas de todo tipo hubieran proliferado. La víctima puede ser de cualquier comunidad, de cualquier provincia, de cualquier estrato social, de cualquier estado civil o nivel de estudios, joven o mayor; haber sido asesinada por su compañero, por un asesino en serie, por un vecino o por su propio hijo. El perfil es que son mujeres. Las mujeres en este país somos asesinadas cada día, ante la pasividad de la clase política, los medios de comunicación y la ciudadanía.
Si el informe de la policía inglesa hubiera advertido que T. A. King era potencialmente peligroso para los políticos, se habrían empleado todos los medios para prevenir cualquier derramamiento de sangre. Pero la sangre y la vida de las mujeres es de segunda clase.
Es así de claro, no importamos. No importamos más allá de la utilización sensacionalista que la telebasura está haciendo de las dos chicas asesinadas en Málaga. No importamos más allá de la rentabilidad política que podamos suponer, modificando insustancialmente alguna ley para obtener votos. El perfil para que nos maten, sin que pase nada, es ser mujer. Si además eres lesbiana, ten cuidado porque puedes ser víctima de la propia justicia.