"Quiero que la ONE sea también un revulsivo estético e intelectual"
La música como un sonido que hace pensar, reflexionar, debatir, crecer... Josep Pons (Puig-Reig, Barcelona, 1957) no se contenta con el placer que puede producir un concierto, quiere más, quiere que haga mella, que transforme. Busca espectadores activos. Para eso, el nuevo director titular de la Orquesta Nacional de España (ONE) está elaborando un proyecto activo, provocador, que trasciende las puertas del Auditorio Nacional de Madrid, su sede, para salir a conquistar las esquinas de la ciudad y el país con una formación que, a causa del abandono que ha sufrido en los últimos años por parte de las autoridades, el desprecio de gran parte de la crítica y el pasotismo de varios sectores del público, había dejado de ser un referente para convertirse en un problema en el que nadie quería entrar a fondo. Pons, que abre el próximo viernes la nueva temporada de la ONE con la Tercera Sinfonía de Gustav Mahler, llega tras crear de la nada la Orquesta Ciudad de Granada, un modelo de proyecto sinfónico activo y vivo, que le ha hecho parecer a ojos de muchos como el Simon Rattle español.
"Si nos quedamos en los simples conciertos nuestro espacio artístico languidece"
"La ONE debe ser la mejor. El conjunto español referente de calidad y repertorio"
Pregunta. Al igual que Rattle se presentó como director de la Filarmónica de Berlín con Mahler, también usted ha elegido a este compositor para entrar como titular en la ONE. ¿Es este músico el gran referente de su generación de maestros?
Respuesta. Sí, claro. A nosotros ya nos llega como un gran clásico. Es un músico filósofo, que intenta dar una visión total del mundo con su obra, que trasciende el hecho musical y siempre sorprende.
P. ¿Y por qué la Tercera?
R. Buscamos una obra que fuera un monumento sinfónico y que diera idea de la capacidad de la ONE, de la orquesta y los coros. Es una sinfonía que supone un hito en la historia y abarca lo que es el mundo. Mahler la divide en varios movimientos a los que denomina así: "Lo que me cuentan los animales, lo que me cuenta el hombre, lo que me cuentan las flores del campo, lo que me cuentan los ángeles..." Está inspirada en El gay saber, de Nietzsche, y es una reflexión humana y profunda sobre el universo y la vida.
P. También un mensaje sobre lo que usted pretende como nuevo director de la ONE: trascender la mera música para crear un proyecto cultural que invite al debate y la acción. ¿No son demasiadas ambiciones para una institución que no está en sus horas más felices?
R. La música, cuando es buena y se hace bien, salpica todo el arte. A los que no quieran tanta trascendencia les aseguro, como mínimo, que tendrán buena música, pero quien busque más, lo encontrará. No podremos tampoco contentar a quien concibe la música como un mero ornamento. Quiero que la ONE no sea sólo una experiencia acústica, sino también un revulsivo estético e intelectual. Queremos hablar de programas temáticos y completar los conciertos con ciclos de conferencias, exposiciones y debates en otros puntos culturales de la ciudad, en los museos, por ejemplo.
P. Pretende entonces avivar, provocar, hacer pensar y debatir en un país acostumbrado a los coloquios televisivos rosas. ¿Está usted en sus cabales?
R. Es el país en el que vivimos, ¿no? Y le sobra talento y ganas para hacerlo. Lo revulsivo es mi lema, mi credo, sí, sí. Infundir sabiduría a raíz de la música. Si nos quedamos en los simples conciertos, la fórmula de nuestro espacio artístico languidece. Por tanto necesitamos dinamizar nuestro mundo. No tenemos otra opción.
P. Salir de las puertas del Auditorio Nacional. Pero, ¿hacia dónde?
R. Hay que empezar por el Auditorio Nacional, por hacer saber que ésta es nuestra sede porque no hay ningún distintivo que lo muestre. Pero después en barrios, acercando a los colegios a los ensayos. Tomando nota de lo que Rattle hace en Berlín, por ejemplo, donde está montando una coreografía de La consagración de la Primavera, de Stravisnki, con bandas de tribus urbanas que jamás habían ido al auditorio de la Filarmónica o encargando una composición nueva basada en comentarios e ideas de los escolares que van a verlos.
P. Habrá que empezar por renovar el público, porque la media de edad de abonados es bastante alta.
R. No renunciaremos al público que tenemos, pero buscaremos gente joven también. Y músicos. Vamos a hacer una campaña por los conservatorios para que los jóvenes estudiantes encuentren un referente en la ONE.
P. Para conseguir nuevos públicos, la ONE necesita también un lavado de imagen. ¿Cómo lo van conseguir?
R. Se ha difundido una imagen negativa de la orquesta en los últimos años, de conflictiva, de apática. Pero ahora que he tenido oportunidad de trabajar de cerca con ellos he comprendido que en muchos aspectos son héroes. Primero porque han sufrido una indefinición laboral, también porque han estado sin dirección titular durante siete años y han sobrevivido a todo eso. Y cuando digo dirección no me refiero al palito, sino a marcar un objetivo, un sentido en el que trabajar.
P. ¿Cuál es ese objetivo ahora, ese sentido?
R. Queremos que sea la mejor, la número uno. El conjunto español referente de calidad y repertorio, el mejor embajador posible fuera de España.
P. Para eso hay que hacer giras, discos, mostrarse en el exterior. ¿Ya han organizado esos aspectos que han estado abandonadísimos en la orquesta?
R. Sí, claro. El año que viene viajaremos por Estados Unidos y vamos a grabar La Atlántida, de Falla y Halffter con el sello Harmonnia Mundi, con el que haremos varios discos.
P. En cuanto al repertorio, ¿en qué debe destacar la ONE?
R. Creo que los programas deben contener un 80% de repertorio y un 20% de aventura, entendiendo como aventura nuevas creaciones y mestizajes con otros géneros como el jazz, el rock, el flamenco. Y la palabra repertorio hay que entenderla en sentido más amplio. Durante años, por imposición de las discográficas, sobre todo, se entendía una parte. Hablamos de ampliar y renovar el repertorio en ese sentido, desde Bach a Ligeti.
P. Sobre la aspiración de muchos músicos de la orquesta de hacer grupos de cámara, ¿hay permiso?
R. No sólo permiso. Hay obligación. Estamos ya creando varios por géneros y con el nombre de la orquesta. Haremos el ONE Ensamble, para música contemporánea, el ONE Classics, el ONE Barroque, con instrumentos de época, el ONE Percussion y el ONE Jazz, por el momento.
P. ¿Ha limado también las diferencias que le separaban del director emérito, Rafael Frühbeck de Burgos, quien en una carta dudaba que usted fuera el candidato ideal para el puesto?
R. Por mi parte sí. Es un episodio en el que nunca he entrado ni voy a entrar. Sólo quiero decir que él siempre tendrá un espacio en la orquesta.
Babelia
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