La niñera maltratadora

Ante la noticia de la niñera que ha maltratado a los trillizos de Las Rozas, una vez más nos hemos horrorizado con escenas y hechos que nos recuerdan que hay personas que son malas. Malas hasta hacer daño a niñ@s pequeñ@s incapaces de defenderse, ni siquiera diciendo a sus mayores que están pasando por un calvario. Es muy triste salir de casa por las mañanas pensando que dejas criaturas indefensas a cargo de alguien que tiene como cometido velar por ellas, por su seguridad y por su integridad, y pasados unos días descubres un comportamiento extraño, algo que te hace pensar que no todo va como debería. Y te planteas filmar, en tu propia casa, a tus propi@s hij@s para entender qué está ocurriendo cuando no estás, cuando no ves.

Y más triste es que esto ocurra en un momento en que se favorece la cultura del bienestar y se busca la especialización y la profesionalización por encima de todo y de todos. Exigimos profesionales para el cuidado de nuestros coches y la venta de nuestra vivienda. Pedimos certificados de la carne que comemos y la fecha de caducidad de los huevos que nos venden... Y en ocasiones descuidamos precisamente aquello que más queremos y que más vulnerable resulta, dejándolo en manos poco cualificadas.

Pido disculpas a esos padres y sobre todo a es@s pequeñ@s que han padecido días tan espantosos, por "utilizarles" para pedir que esto no vuelva a ocurrir, recordándonos a tod@s que existen personas preparadas, cualificadas e incluso tituladas para estos menesteres. Si bien es cierto que también entre aquellos que se preparan puede haber desaprensiv@s, siempre será menor el riesgo. Afortunadamente, hoy día contamos con empresas que son un factor de protección ante estas situaciones, ya que proceden a seleccionar a su personal, recogen información y referencias y a las que, de haber contratado sus servicios, se podría recurrir en el momento en que la más mínima sospecha indicara que algo no va bien, sin necesidad de comenzar otra búsqueda en el parque, en el tablón del súper, en la familia o entre l@s vecin@s, para dar con alguien que cuide de l@s más pequeñ@s de la casa. Dirijo una de esas empresas y lamento mucho que sucedan estas cosas, porque también soy madre y tía y se me ponen los pelos de punta al pensar que alguien pueda hacerles daño, pero lamentablemente todavía hay personas a las que les resulta difícil fiarse de una empresa y optan por preguntar por el barrio "si alguien sabe de alguien".