Acto de fe
La realidad suele matizar con frecuencia las declaraciones triunfalistas y los gestos de autosatisfacción de los gobernantes del PP. La aparición de un socavón a 650 metros de las vías del AVE Madrid-Lleida, el quinto que se contabiliza en esa zona en el último año y medio, aporta otro argumento en favor de las tesis de los geólogos aragoneses que advirtieron de la fragilidad e incluso peligrosidad de parte del trazado de esta línea ferroviaria de alta velocidad, por la existencia de terrenos de yeso propicios al hundimiento. Estas tesis de los geólogos no son dogma, pero por un sencillo principio de precaución no deben caer en saco roto. En vísperas de la nueva convocatoria para inaugurar esta línea, los españoles tienen serias razones para inquietarse y exigir buenas y completas respuestas del Ministerio de Fomento.
En los más de siete años de Gobierno del PP, los avances de España en materia de infraestructuras han sido escasos. A causa de su política presupuestaria, muchas de nuestras autovías y líneas férreas están como estaban, o peor. Y fomentarse se han fomentado pocas cosas nuevas, entre ellas este AVE Madrid-Lleida salpicado por los retrasos, las polémicas y los socavones. El Gobierno había anunciado a bombo y platillo que el segundo AVE español entraría en funcionamiento en diciembre de 2002, pero lo hará con más de nueve meses de retraso, a una velocidad muy inferior a la prevista y con la sombra de una duda razonable sobre su completa seguridad.
Como en tantos otros asuntos, tales como la seguridad ciudadana y el precio de la vivienda, el Gobierno responde a los problemas del AVE Madrid-Lleida con su habitual táctica de distracción masiva: negar los hechos, eludir las responsabilidades y arrojar sospechas sobre terceros. Y si es la oposición, mucho mejor. Si algo va mal en este asunto es por culpa de los geólogos aragoneses, sabotajes fantasmagóricos, el Gobierno de Aragón y, por supuesto, el PSOE. Más pegados a la realidad, los gobernantes de Aragón y Cataluña han respondido al último socavón pidiendo más y mejor información.
Lo razonable sería que Fomento promoviera nuevos estudios sobre la inestabilidad de los terrenos denunciada por los geólogos aragoneses. Expertos independientes y no comprometidos con las obras del AVE Madrid-Lleida, es decir, no vinculados a los informes efectuados hasta ahora por el organismo GIF, dependiente de Fomento, deberían participar en estos estudios. Pero el portavoz Eduardo Zaplana rechazó ayer de plano nuevos informes o auditorías sobre el segundo AVE español y garantizó su "total seguridad". A falta de más y mejor información, lo único que les cabe a los ciudadanos es hacer un acto de fe en la palabra del Gobierno.
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