A jugar
Después de todo lo ocurrido, por fin llega la hora de poder observar si las expectativas creadas se confirman. Arranca una nueva Liga en la que lo básico se mantiene: el Barcelona, como rey a destronar; el Pamesa, como alternativa más sólida; el Tau, el Unicaja y el Estudiantes, marcando de cerca, y un pelotón de inconformistas -al menos, eso se espera de ellos- dispuestos a animar la larga travesía. Ah, y luego está el Madrid, al que, a día de hoy, no se sabe muy bien dónde ubicarlo y qué papel le va a tocar jugar en esta historia. Claro que a él no le será difícil mejorar la temporada pasada. Dicho así, todo de corrido, parecería que estamos abocados a una repetición de lo ya visto con anterioridad, lo que, sin duda, no despertaría demasiado interés. Pero ciertos matices invitan a pensar que algo nuevo puede estar cociéndose. Sobre todo, en los aspirantes, que han movido pieza.
El Pamesa cambia a Rodilla por Rigaudeau para enfrentarse a un reto imponente. Por un lado, sólo el título colmaría su apetito, pues los otros platos -revelación, confirmación y finalista- ya se los conoce. Y, encima, entre semana, le llega esa Euroliga sin patrocinador ni televisiones, pero con viajes y conjuntos suficientes para hacerte perder el paso.
El Unicaja, cansado de apuntar y no dar, se ha dejado de encomendar a Maljkovic. Nunca están de más los buenos entrenadores, pero al club malagueño le ha faltado un sólido referente en la cancha y lo han buscado en el argentino Herrmann. El Tau, como habitualmente, se ha metido en varios charcos -a Gurovic ya le queda muy poco crédito deportivo y ninguno personal, Calderón llegó roto de Suecia...-, pero puede haber pillado una joya si el lituano Macijauskas confirma lo que le vimos en la final del Europeo. Juegue quien juegue, no hay que perderle de vista. Tampoco al Estudiantes, el cuadro más continuista de la Liga. Es tiempo de exigir y exigirse lo máximo. Si puede llegar a desarrollar el juego más excitante de la competición, ya debe ser capaz de traducirlo en trofeos que no sean el de la Comunidad de Madrid, donde ya ha cogido la costumbre de arrearle al nuevo Madrid, que estrena equipo todas las temporadas.
Necesita la Liga a un Madrid fuerte y competitivo, por lo que es de esperar que Kambala, Fotsis, Julio Lamas y compañía sean capaces de lograrlo. El retorno del año corre a cargo de Aíto García Reneses con su Joventut a la búsqueda de alcanzar, por fin, lugares años atrás habituales y con un par de chavales, sobre todo Fernández, llamados a grandes cosas.
Todo esto y mucho más observa tranquilo el Barça desde su atalaya triganadora, desde la que desterró a Jasikevicius, la pérdida más dolorosa de la Liga. En época de jugadores clónicos, las peculiaridades del lituano, defectos incluidos, daban color a la competición, lo que nunca está de más.
A jugar, que ya toca.
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