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Quintás cree una "aberración" el exceso de representación de los empleados en las cajas

La controvertida renovación de los órganos de gobierno de Caja Madrid sobrevoló ayer, pese a que nadie pronunció el nombre de la entidad, el debate sobre los retos de las cajas de ahorros que se celebró en Barcelona, en el que el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), Juan Ramón Quintás, calificó de "aberración" que los empleados de una caja estén "sobrerrepresentados" en el consejo.

Quintás no se mostró, de entrada, contrario a la presencia de los trabajadores, a través de las organizaciones sindicales, en los órganos de gobierno de las cajas: "Mejor que estén representados en el consejo a que no lo estén", dijo. Pero el presidente de la CECA, que no suele pronunciarse públicamente sobre entidades concretas, no escondió que le "asustaría una caja en la que los empleados tuvieran una representación del 40%" y pidió "un equilibrio" entre políticos y empleados.

Todo ello, en un coloquio organizado por el Instituto de Economía de Barcelona (IEB) en el que afloró sin cortapisas el malestar con que el sector ha acogido los últimos cambios legales del Gobierno en materia de transparecia, posteriores a los que introdujo la Ley Financiera, y sobre los que el director general de La Caixa, Isidre Fainé, opinó que sólo generan "burocracia".

Mientras Quintás abogaba por la "autonomía" de las cajas frente a los poderes públicos y aludía a la coincidencia de un periodo electoral con el hecho de que haya "menos sillas donde sentarse", el presidente Antoni Serra Ramoneda, presidente de Caixa Catalunya, calificó de "extraño" el pacto entre PP y CC OO de 1996 en Caja Madrid.

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