Un centro cultural para el siglo XXI
Hace un año la Universidad de Alicante inauguraba, como un centro cultural propio y diferenciado y a propuesta del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, la Sede Ciudad de Alicante. No era, por supuesto, un nuevo edificio. Todo lo contrario: situado en pleno casco urbano tradicional, frente al Mediterráneo, aupándose sobre los enormes árboles del Paseo de Canalejas, fue palacete de algún antiguo alcalde, oficinas del Estado, refugio durante la Guerra Civil y, después, asiento de la estimada Escuela de Comercio, hasta que, tras su pase a la UA, ha servido y sirve para estudios náuticos y para parte de las clases de la Universidad Permanente.
Es, pues, casa con arraigo urbano y a través de su pequeña Historia se puede seguir buena parte de la Historia de la Ciudad. Esta casa, así, es todo un símbolo: la Universidad de Alicante se esforzaba por ser Universidad en Alicante, rompiendo un cierto distanciamiento observado desde diversas perspectivas. Asumir eso, por la UA, significaba un compromiso con la Ciudad: el de invertir dinero, personal y, sobre todo, prestigio e imagen. Siquiera sea por ver si colectivamente nos convencemos de que lo que es bueno para la Universidad es bueno para Alicante.
Cuando abríamos salas y estrenábamos programación, con las premuras de todo nacimiento, no nos fijamos en otro símbolo: inaugurábamos en Alicante el primer centro cultural de carácter general del siglo XXI. Sin duda esto es una casualidad, pero, como todas las coincidencias favorables, es otra fuente de compromisos. Me refiero a la necesidad de que este centro no podía ser "otro centro" sino que debía buscar su propia personalidad en un mirar al futuro. La Extensión Universitaria no puede entenderse desde ejes superados: los de la asepsia y los de un cierto "espíritu misional" que se empeña en "llevar la cultura" a una sociedad inculta. Nuestra sociedad es compleja, con altísimos niveles de estímulos culturales, con una penetración de diversos fenómenos de cultura de masas. Una sociedad, en suma, fraccionada en sus demandas culturales explícitas o que pueden deducirse de centros de interés social fácilmente detectables así como de las expectativas derivadas de la creciente formación.
Se trata, desde este punto de vista, de asumir algunas nuevas realidades. La primera es que el servicio público cultural democrático es el que aporta instrumentos técnicos y saberes especializados para que el ciudadano sea el protagonista cultural. La segunda es que una cultura dinámica y universitaria debe ir ligada a enfoques críticos, no autocomplacientes; enfoques también plurales en las expresiones de la cultura y en las posiciones que aparezcan en los debates. La tercera es romper con una dicotomía en la que a veces se mueven muchos programadores culturales: la de aquellos que juzgan su éxito por criterios de "audiencia" y sólo intentan macroactos muy vistosos y aquellos otros que conciben la modernidad como reducto de élites y que se sienten preocupados si a sus actividades acuden más de 15 personas. Abrirse a la mayoría exige hoy generar, facilitar, una cultura de calidad para muchas minorías. Quizá esto sea especialmente necesario en Alicante.
Toda esta reflexión y la experiencia acumulada en los 240 actos desarrollados en la Sede Ciudad de Alicante el pasado curso -contando la programación de Extensión Universitaria y los organizados por múltiples colectivos sociales que confían en nosotros- es lo que está en los cimientos de la nueva programación para el curso 2003-2004. Lejos de cualquier triunfalismo este curso lo concebimos sólo como el de consolidación del proyecto, sabiendo que hay muchas cosas que deben ser mejoradas, incluidas reformas en las infraestructuras, sobre todo para contar con una sala de exposiciones.
En todo caso no nos privamos tampoco de una saludable dosis de optimismo. En la Sede habrá cursos y Congresos sobre estudios micénicos, lenguajes informáticos, bibliotecas virtuales, historia del País Valenciano, el XX Aniversario de Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, la corrupción política... hasta una veintena en total. Habrá música de cámara, cine, poesía, relatos de escritores alicantinos, encuentros con filósofos o científicos, ciclos sobre vanguardias en las artes plásticas. Habrá 8 seminarios sobre temática local -desde inmigración a mujeres, desde deporte a patrimonio, pasando por historia, medio ambiente, normalización lingüística o trabajo-. Habrá una potente celebración de la Constitución, jornadas de cultura del Sáhara, una muestra de cortometrajes de personas con discapacidades o un homenaje a Miguel Hernández. 270 actos figuran en la Programación pero, tras la experiencia del pasado Curso, podemos aventurar que el número final se aproximará a los 350. También comienza su andadura una colección propia de libros: "Alicante Ciudad Universitaria-Los Libros de la Sede" -empezaremos con estudios sobre la inmigración, la historia y el valenciano en Alicante y sobre las relaciones entre esta ciudad y Valencia-.
En definitiva, que deseamos que este viejo edificio de la moderna Universidad sea una casa de palabras, imágenes y gestos cívicos. Está usted invitado.
Manuel Alcaraz es Director Académico de la Sede Ciudad de Alicante de la Universidad de Alicante.
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