Tras las señales horarias

"La mayoría de la gente nos conoce por ser el centro que emite las señales horarias que suenan en la radio, pero en realidad somos mucho más", afirma el director del Real Observatorio de la Marina de San Fernando (Cádiz), el capitán de navío Rafael Boloix. El Observatorio es una de las principales y más respetadas instituciones científicas del país. Ahora celebra su 250 aniversario y lo hace como mejor sabe, investigando y divulgando.

Pese a la avanzada labor de investigación, dentro del Observatorio parece que el tiempo se detuvo en algún momento de la primera mitad del siglo XX. En sus pasillos, a modo de museo, descansan instrumentos de observación astronómica del pasado. "La mayoría están listos para ser usados de nuevo", explica, orgulloso, el director, pero las condiciones han cambiado tanto que la mayoría de ellos no tendría mucha utilidad. La actual sede del Observatorio fue construida en 1789, en un tiempo en el que la bahía de Cádiz apenas presentaba polución lumínica. En la actualidad, las luces del área metropolitana hacen inviable la observación astronómica en el sentido tradicional de la palabra. "Por eso", explica Boloix, "hemos tenido la necesidad de trasladar nuestros equipos. Seguimos trabajando en la observación, pero lo hacemos con dos instrumentos situados en Argentina y en las Islas Canarias".

Esos avanzados telescopios, conectados y dirigidos por San Fernando, permiten cumplir una de las misiones en las que ha sido especializado el Observatorio: la catalogación y situación de estrellas. Con esa información, el centro publica uno de los más completos catálogos estelares. Además, el Observatorio edita el Almanaque náutico y de efemérides astronómicas, el más antiguo de España, que sigue siendo un manual imprescindible para los navegantes.

El centro también estudia y mide el tiempo. Tiene encomendada la misión de establecer el patrón oficial en España y de dictar las señales sonoras que marcan el inicio de cada nueva hora. Para ello, su sala del tiempo está conectada con la red internacional de relojes atómicos que definen los husos horarios del planeta.

El primer gran logro del Observatorio fue en 1783, cuando se levantó, con método científico, el primer mapa cartográfico de las costas españolas. En 1898, se inició el estudio de la sismología española. Su archivo guarda los primeros registros de movimientos sísmicos y los primeros estudios serios sobre terremotos en la península. También acogió al Instituto Nacional de Meteorología y, en 1958, a la primera estación europea de seguimiento de satélites artificiales.

El Observatorio pertenece a la Armada Española. "Ella lo creó, lo amamantó y hoy lo mantiene", explica Boloix. "La Armada nos enseñó a ser lo que somos, un centro de excelencia, en la punta de lanza mundial de las distintas disciplinas científicas que se nos encomiendan", añade.

El Observatorio cumple su aniversario con la celebración de unas jornadas técnicas. A lo largo del año llegarán a la bahía de Cádiz algunos de los mejores científicos del mundo.

Para los curiosos, el centro abre sus puertas dos veces en semana. Lo hace en coordinación con el Ayuntamiento de San Fernando y, según el director, los visitantes "siempre salen asombrados".