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Reportaje:MUJERES

Al asalto del poder empresarial

Noruega, un país comprometido desde hace mucho tiempo con los derechos de la mujer en política y en materia de salarios, se propone ahora transformar los poderosos consejos de administración del país, dominados por los hombres.

A pesar de la oposición expresada con claridad por varios grupos empresariales, se espera que el Parlamento apruebe pronto una legislación que obligará a las principales compañías con cotización en Bolsa a incrementar la proporción de mujeres en sus consejos.

Se calcula que se verían afectadas alrededor de 600 compañías. Si se aprueba, se les exigirá que aumenten el número de mujeres en sus consejos hasta el 40% antes de julio de 2005, so pena de empezar a aplicar multas en 2007. A principios de este año, las mujeres constituían el 8,4% de los miembros de los consejos de administración en esas compañías.

Si la ley se aprueba, unas 600 empresas noruegas deberían aumentar el número de mujeres en sus consejos hasta alcanzar el 40% antes de julio del año 2005

Varios sectores empresariales dicen que esa cuota no es realista y es contraproducente. De acuerdo con la propuesta, si las empresas no alcanzan la proporción debida en 2007, correrán el riesgo de perder sus certificaciones, lo cual, a su vez, perjudicará su capacidad de hacer negocios.

"Es sobre todo una cuestión de poder, el poder de tener la posibilidad de entrar en los consejos de administración", dice Laila Daavoey, democristiana, ministra de la Infancia y la Familia y ponente del proyecto de ley.

Si bien la medida de Noruega es la más atrevida en el camino hacia la igualdad de las mujeres, el tema atrae cada vez más atención en el resto de Europa, que se está esforzando por encontrar formas de impulsar la idea de la igualdad sexual en el conjunto de la sociedad.

Anna Diamantopolou, comisaria europea de Empleo y Asuntos Sociales, provocó una tempestad en junio cuando se supo que estaba elaborando un proyecto de ley para prohibir la discriminación sexual en la publicidad, el contenido editorial, la política fiscal, la educación, los cálculos de pensiones y los costes de los seguros. Ahora es probable que los términos de la propuesta se suavicen antes de someterla a aprobación.

Suecia, que ha defendido con energía los derechos de la mujer, sigue el ejemplo de Noruega. La viceprimera ministra Margareta Winberg anunció en noviembre que el Gobierno emprendería acciones legales si el número de mujeres en los consejos de las compañías con cotización en Bolsa no aumentaba del 8% al 25% antes de 2004. "A la velocidad actual harán falta 150 años para que la mitad de los puestos en los consejos de administración suecos estén ocupados por mujeres", declaró en aquella ocasión.

En EE UU, en la lista de las mil compañías de Fortune, las mujeres ocupaban el 12,4% de los puestos en los consejos de administración en 2001, según las últimas cifras disponibles.

A pesar de la oposición de los empresarios en Noruega, muchos expertos y políticos afirman que no es más que un paso más en el avance continuado hacia la igualdad. "No es para tanto", dice Daavoey. En 1979, Noruega aprobó una Ley de Igualdad que exigía que el 40% de los miembros de los Gobiernos y comités locales y estatales fueran mujeres. Dos años después, Gro Harlem Brundtland era la primera mujer que llegaba a primera ministra del país, y su Gobierno adoptó un plan de promoción de la igualdad. En 1986, las mujeres constituían el 44 % de los cargos del gabinete, una proporción que ha permanecido relativamente estable.

Aproximadamente el 80% de las mujeres noruegas trabajan, al menos a tiempo parcial.

Laila Daavoey dice que las mayores empresas de Noruega llevan años hablando de aumentar el número de mujeres en sus consejos de administración, pero la proporción no ha variado apenas. Al Gobierno se le ha agotado la paciencia, añade.

Los consejos de administración, que suelen tener un promedio de seis miembros, son especialmente cerrados y aislados -prosigue-, sobre todo porque la riqueza de Noruega es relativamente nueva y se concentra en manos de muy pocos individuos. La mayoría de sus miembros suelen pertenecer a varios consejos, y hay un hombre, en concreto, que pertenece a 80.

Aprobación inmediata

Se espera que el Parlamento apruebe la legislación, copatrocinada por el conservador ministro de Comercio e Industria, en el otoño. "No están aprovechando la capacidad de las mujeres en la sociedad", dice Daavoey. "Es cuestión de igualdad y democracia. En Noruega, la única forma de que lo hagan es que se vean obligados a hacerlo. ¿Qué han hecho en los ocho últimos años? Nada". "No habrá igualdad", añade, repitiendo una de sus frases favoritas, "hasta que haya mujeres incompetentes en el consejo de administración".

Janice Swaby, analista de asuntos públicos para Catalyst, una organización estadounidense sin ánimo de lucro que trabaja para promocionar a las mujeres en el mundo de la empresa, dice que la propuesta de Noruega es "absolutamente revolucionaria".

La comisaria europea para la Igualdad de Género y Seguridad Social, Anna Diamantopolou (izquierda), con la ministra sueca para la Igualdad, Margareta Winberg.
La comisaria europea para la Igualdad de Género y Seguridad Social, Anna Diamantopolou (izquierda), con la ministra sueca para la Igualdad, Margareta Winberg.AP

Quejas de los patrones

AUN ASÍ, INCLUSO en la igualitaria Noruega -donde las ostentaciones de riqueza son raras y hay más mujeres que hombres entre los alumnos de Universidad-, la legislación ha provocado una amarga protesta por parte de grupos empresariales y un amplio debate sobre hasta dónde debe llegar la búsqueda de la igualdad sexual. "Por supuesto, las mujeres tienen los mismos conocimientos y están cualificadas", dice Trygve Hegnar, un magnate que dirige el grupo de comunicación Hegnar y es director de su diario económico, Kapital. "Lo que pasa es que hay accionistas, y tienen derecho a nombrar a quien quieran". "Si yo invierto 10 millones de dólares en una compañía, debería tener derecho a elegir a las personas en las que confío", dice.

Finn Bergesen, Jr., líder de la Confederación de Industrias y Empresas de Noruega, la mayor organización empresarial del país, dice que la mayoría de las empresas están de acuerdo en diversificar sus consejos de administración, pero creen que la legislación es demasiado radical.

"Noruega no resultará tan atractiva para los inversores si tenemos leyes especiales que sean diferentes a las de otros países", dice Bergesen. "Esta intervención política en el mundo de los negocios no les gustará a los inversores extranjeros. No les gusta a los inversores noruegos".

Las compañías añadirán más mujeres a los consejos de administración por sí solas, añade, por las presiones de mercado y la evolución natural. Pero, por ahora -continúa Bergesen-, no hay suficientes mujeres preparadas para ocupar esos puestos. Dice que su organización está intentando perfeccionar el proceso mediante la creación de una página web y una base de datos que ayude a las empresas a encontrar posibles miembros.

Los que se oponen a la medida afirman que el ascenso de mujeres no preparadas a los puestos de dirección será contraproducente, porque restará credibilidad a las mujeres nombradas en tales condiciones. Asimismo tienen miedo de que el hecho de sacar a hombres de los consejos para dejar sitio a las mujeres desemboque en conflictos y resentimiento.

Stein Erik Hagen, uno de los principales inversores de Noruega y antiguo dueño de una cadena de supermercados, dice que las mujeres aportan una perspectiva nueva a los consejos de administración, por lo que su presencia es importante. Pero que muchas veces no optan a los puestos de dirección porque prefieren pasar más tiempo en casa, con sus hijos. En su grupo empresarial, Canica, de propiedad familiar, sólo hay una mujer en el consejo de administración: su hija. A Hagen, que es accionista de numerosas compañías y pertenece a dos consejos, le gustaría tener a una segunda mujer en el consejo, pero su otra hija se fue a vivir hace poco a Londres.

"Tardaremos tiempo", dice, y añade que hoy hay muchas mujeres en puestos de responsabilidad intermedia. "Hasta hace 20 o 25 años, la cultura consistía en que las mujeres se quedasen en casa. Yo estoy a favor de las mujeres en los consejos de administración, pero el año 2005 es demasiado pronto para que haya un 40%".

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