Las pesadas bromas que soporta Blaine
Los británicos la han tomado con David Blaine, el ilusionista neoyorquino, que lleva ya 22 días de ayuno suspendido en una jaula de fibra junto al Támesis y que espera aguantar allí metido hasta la noche del 19 de octubre, fecha prevista para su descenso al mundo de la gente corriente. Blaine ha provocado una sorprendente reacción en el Reino Unido. Su encierro reúne un día tras otro a miles de curiosos que llegan a ser multitud durante el fin de semana. Pero al caer la noche se convierte en blanco de bromas más o menos de mal gusto. Ayer, pasadas ya las tres de la madrugada, los vigilantes se vieron sorprendidos cuando un hombre empezó a lanzar globos llenos de pintura de color rosa desde un edifico cercano. El hombre, que iba provisto de lo que la policía definió como una catapulta, no paró hasta que en el octavo lanzamiento logró alcanzar uno de los laterales de la jaula del artista, antes de que llegaran hasta él los desesperados guardianes del lugar. Muy enfadado por este nuevo altercado, Blaine ocultó a sus ojos la mancha colocando un trozo de tela en esa pared mientras dos operarios se aprestaban de inmediato a subirse a la grúa para limpiar la pintura. Durante estas tres primeras semanas encaramado a su jaula, Blaine ha soportado a un señor que logró cortar el tubo que le hace llegar el agua que bebe, su único alimento diario; unos chavales que le enfocaban con rayos láser haciéndole creer que le iban a disparar: otros le enviaban a los ojos el reflejo de unas luces para no dejarle dormir; son varios los que se han acercado provistos de tambores para romperle el sueño; y se ha perdido la cuenta de los que le han lanzado botellas, latas de cerveza, huevos o pelotas de golf. Han sido tantos los incidentes y tantos los refuerzos adicionales de policía destinados a proteger la zona que el jefe de la Policía Metropolitana, sir John Stevens, ha anunciado que pasará la factura de ese despliegue a los organizadores del espectáculo, las televisiones Sky y Channel 4.-
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