La mujer hallada en San Fernando falleció al romperse las bolsas de droga que ocultaba en su organismo
La mujer cuyo cadáver calcinado fue encontrado el pasado 19 de septiembre en una cuneta de una carretera próxima a San Fernando de Henares falleció porque se rompieron tres bolsas plásticas de cocaína que llevaba ocultas en el interior de su organismo, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Ésta descarta así que la víctima muriese al ser agredida, ya que, además, la mujer no presentaba signos que evidenciaran heridas o lesiones de naturaleza violenta.
Sin embargo, las investigaciones policiales han determinado también que, tras la muerte de la mujer, uno o varios individuos procedieron a quitarle su documentación y a prenderla fuego con el fin de dificultar las labores para tratar de determinar su identidad y que la policía no pudiera seguir la pista de la joven como correo de la droga.
La policía aún no ha logrado la identificación de la víctima, ya que, aparte de no llevar documentación, la mujer tenía completamente quemados los dedos, lo que ha impedido que se le tomaran las huellas necrodactilares. Además, junto a los tres envoltorios que aparecían rotos, la joven tenía en el interior de su organismo otras 31 cápsulas que contenían cocaína (las denominadas bellotas).
El hallazgo del cadáver se produjo en torno a las 21.00 del 19 de septiembre, cuando dos conductores de grúas pasaban por la carretera situada entre la prolongación de la calle de Mercurio y el parque empresarial de San Fernando (M-206) y, a la altura del kilómetro 11, se encontraron con lo que parecían restos humanos, en gran parte calcinados.
Tras la realización de la autopsia se ha comprobado que se trata de una mujer de entre 25 y 30 años, de raza negra, de 1,60 metros de estatura. Según el médico forense, la víctima falleció entre cinco y seis días antes de ser hallado su cadáver, según se deduce del proceso de descomposición que presentaba el cuerpo.
Dado que la policía no informó del hallazgo de los paquetes de droga junto al cadáver, los vecinos del entorno barajaron la hipótesis de que la víctima podía ser una de las prostitutas que trabajan en la zona. Los trabajadores de un taller del polígono más cercano explicaron que la presencia de prostitutas de origen subsahariano es habitual en las carreteras y polígonos de la zona. "No están siempre, pero sí muchos días, especialmente por las tardes", explicó un trabajador.
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