Una muestra recuerda en Sevilla la ingeniería portuaria de Iribarren

Una exposición recuerda en Sevilla la ingeniería portuaria de Ramón Iribarren. Nacido en Irún (Guipúzcoa) en 1900, Iribarren desempeñó una labor que trascendió las fronteras españolas hasta el punto de ser considerado un nombre fundamental en la ingeniería marítima del siglo XX. Iribarren, que falleció en 1967, sentó las bases de un aparato técnico y científico que recogía los conocimientos más avanzados del momento sobre construcción portuaria, oleaje, dinámica litoral... La exposición estará abierta en el Centro de Actividades de la Autoridad Portuaria hasta el 16 de octubre.

Carmen Castreño, jefa de Organización de la Autoridad Portuaria, resalta la "importancia de la exposición". "Es un recorrido por la vida de Iribarren, fundamentalmente por su trayectoria profesional. Iribarren es una de las grandes figuras españolas. Transformó la ingeniería, que hasta entonces era empírica, en algo científico", explica la jefa de Organización de la Autoridad Portuaria. "Ha sido una figura importantísima. Ahora mismo, en EE UU aún se publican artículos sobre Iribarren. Sus fórmulas para la construcción de diques son una aportación decisiva. Se trata de un hombre que trabajó en España y en muchos sitios del mundo", resume Castreño. La exposición ha sido promovida por el Ministerio de Fomento y la Autoridad Portuaria de Sevilla. La muestra Iribarren. Ingeniería y mar está abierta de lunes a viernes de 10.00 a 13.00 y de 18.00 a 20.00.

El aparato científico impulsado por Iribarren fue mundialmente aceptado y rápidamente divulgado gracias a sus escritos y a su participación en foros y congresos internacionales. La ingeniería marítima estaba todavía sustentada en un puro empirismo. Iribarren rompió con esta tónica y se afanó en la tarea de construir un sólido edificio para una nueva ingeniería que se basara en la aplicación rigurosa del método científico: observación, análisis físico matemático y experimentación. Iribarren destacó en estos tres apartados. Las suyas fueron, en algunos casos, aportaciones perdurables que trascendieron incluso el ámbito de la ingeniería para integrarse en el saber más general.

La muestra tiene como uno de sus objetivos fundamentales "aunar atractivo divulgativo con rigor expositivo". "Para ello se ha realizado un esfuerzo por desentrañar y aproximar un conjunto de técnicas y conocimientos, los de la ingeniería de puertos y costas, que si bien constituyen el grupo más creativo, diverso y complejo de los procedimientos empleados en la ingeniería civil, no suelen, en cambio, despertar el interés popular que suscita otro tipo de construcciones o estructuras que integran el paisaje cotidiano y cuya utilización es más común: edificios públicos, puentes, carreteras", señalan los organizadores de la exposición.

Paneles y fotografías

A través de paneles, con reproducción de planos, textos y fotografías de época y actuales, Iribarren. Ingeniería y mar da cuenta de la trayectoria profesional del ingeniero guipuzcoano. La muestra comprende apartados dedicados a la biografía de Iribarren; su labor como ingeniero práctico y proyectista; la investigación portuaria en España; su trabajo pionero de la técnica marítima, y sus trabajos teóricos.

Su biografía está estrechamente unida a su amor al mar y a su conocimiento del litoral guipuzcoano. Iribarren estudió ingeniería en la Escuela del Retiro, en Madrid. Su labor científica estuvo enmarcada por sus proyectos y trabajos prácticos como director del Grupo de Puertos de Guipúzcoa durante 40 años, desde su creación en 1929 hasta su muerte en 1967, al incendiarse el coche con el que probaba unos cambios mecánicos.

En el contexto de su labor en la costa guipuzcoana como ingeniero práctico y proyectista aparecen sus observaciones y estudios en Motrico, Deva, Zumaya, Guetaria, Orio, Hondarribia y San Sebastián, que forman diferentes tipologías portuarias. Junto a su método de los planos de oleaje (sobre el oleaje, las corrientes y las resacas) analizó el transporte de arenas en las ensenadas, la formación de playas a partir de la construcción de espigones y otros aspectos sobre la dinámica litoral y la incidencia del oleaje sobre las obras construidas.

Como pionero de la técnica marítima, el prestigio internacional de Iribarren se extendió a partir de 1938 con la publicación de Una fórmula para el cálculo de los diques de escolleras. El reconocimiento a su trabajo fue grande, sobre todo en Francia (colaboró en la mejora de las playas del sur) y en EE UU. En numerosas ocasiones fue invitado destacado a reuniones internacionales, como el Comité Internacional para el Estudio de los Esfuerzos de Oleaje, el Beach Erosion Board y la Primera Conferencia Internacional de Ingeniería Costera.

En el apartado de sus trabajos teóricos figuran como iniciativas relevantes el diseño de estructuras portuarias y diques, y su estudio sobre el talud límite entre la rotura y la reflexión del oleaje, que originó el número de Iribarren, parámetro caracterizador de múltiples fenómenos. El ingeniero fue desde los años treinta un pionero de la defensa y protección de las playas, con numerosos proyectos de defensa costera, como el de la playa de Hondarribia y el de la creación de una playa en el barrio donostiarra de Gros bordeando la ensenada de La Zurriola.