El pacto PSOE-IU pone fin a la bicefalia

Los resultados electorales dejaron el 25 de mayo en Sevilla un cambio parcial en el color del mapa político. El alcalde vuelve a ser el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, quien se enfrenta a su segundo mandato y que será durante los próximos cuatro años el único alcalde del PSOE en una capital andaluza. Pero aunque la cara más representativa del gobierno sea la misma, el panorama es muy distinto: el PSOE tiene como compañero de viaje a tres ediles de Izquierda Unida y el PA se quedó fuera del gobierno por primera vez en 12 años.

La base del llamado Pacto de Progreso por Sevilla es un programa común que recoge las medidas urbanísticas, sociales o medioambientales prioritarias para el mandato, y que incluye la propuesta estrella de la federación de izquierdas: que dentro de cuatro años la ciudad se gestione en torno a unos verdaderos presupuestos participativos según el modelo de Porto Alegre.

LO MÁS POSITIVOø Acuerdo plenario para no recalificar el suelo de Altadis - Visto bueno a la construcción de 4.000 VPO

LO MÁS NEGATIVOø Decisión de eliminar la concejalía de Turismo - Excluir a la oposición en decisiones de Urbanismo

Pero por el momento, los cambios se han notado más en la forma que en el fondo. El mandato anterior estuvo marcado por su carácter bicéfalo, por la sensación de que PSOE y PA no formaban un gobierno, sino dos, cada uno en las delegaciones municipales que le habían correspondido en el pacto poselectoral; mientras que a PSOE e IU se les ve cómodos en sociedad, hablan con conocimiento de causa de áreas de competencia del socio y hasta han protagonizado varias ruedas de prensa conjuntas.

La bandera del nuevo gobierno en sus primeros 100 días ha sido la política urbanística. Del "Urbanismo bajo sospecha" que denunciaron PSOE e IU durante la campaña en referencia a los años de gobierno andalucista, el mayor empeño de los dos partidos es ahora demostrar que el Ayuntamiento se rige por una política urbanística "transparente". Una de las primeras medidas adoptadas ha sido la redacción de una "hoja de ruta", como la definió el delegado de Urbanismo, Emilio Carrillo, que recoge "las nuevas reglas de juego" en materia urbanística. Además, desde que se formó el gobierno se ha dado carpetazo a dos de los proyectos estrella de la anterior corporación: el complejo comercial y de ocio Puerto Triana, y el aparcamiento subterráneo de La Encarnación.