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El partido de Blair sufre una humillante derrota en la primera elección parcial de la legislatura

El Partido Laborista del primer ministro Tony Blair sufrió en la noche del jueves una derrota calificada de "humillante" por la prensa británica al perder su feudo de Brent East, una circunscripción del noroeste de Londres en la que solían obtener en torno al 65% de los votos y en la que se quedaron con un magro 33,8%.

La liberal-demócrata Sarah Teather, que con 29 años se convierte en el miembro más joven de este Parlamento, fue la sorprendente triunfadora al acaparar el 39,1% de los votos, casi cuatro veces más en términos relativos que en las generales de junio de 2001.

La victoria liberal dejó en evidencia no sólo a los laboristas, sino a los conservadores que lidera Iain Duncan Smith. Incapaces de capitalizar el descontento popular con el Gobierno, los tories se quedaron con el 16%, dos puntos menos que hace dos años.

Aunque se trata de un solo diputado, el resultado ha provocado un cataclismo político por la magnitud de la caída laborista, aunque los analistas se resisten a pronosticar una derrota de Blair en las generales prevista para el año 2005 por tres razones principales: porque la participación se quedó el jueves en el 36% (frente al 50% en 2001); porque los liberales no consiguen plasmar en unas elecciones generales el voto de protesta que captan en las elecciones parciales y porque el resultado tory ha sido tan desastroso como el del propio Partido Laborista.

Pero la derrota ha sido una bofetada en el rostro del primer ministro, Tony Blair, la primera derrota de su partido en unas parciales desde 1988 y el más serio aviso que ha recibido hasta ahora del creciente descontento popular desde que arrancó su segunda legislatura.

A la perenne desazón por el deterioro de los servicios públicos se unió desde entonces el desprestigio de diversas polémicas con aromas de corrupción, la consolidación de la imagen de Blair como el líder presidencialista de un Gobierno alejado de la gente y la tormenta política desatada por la intervención en Irak.

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El líder liberal demócrata, Charles Kennedy, y Sarah Teather celebran la victoria de su partido en Londres.
El líder liberal demócrata, Charles Kennedy, y Sarah Teather celebran la victoria de su partido en Londres.EFE

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