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Reportaje:

Artistas de oro

Los Reyes entregan en Granada las medallas de las Bellas Artes

Javier Arroyo

20 medallas de oro convirtieron ayer a Granada en capital olímpica de las Bellas Artes españolas. Los Reyes acudieron ayer al granadino monasterio de San Jerónimo, recién restaurado, para hacer la entrega efectiva de las medallas de oro al mérito en las Bellas Artes, galardones que el Ministerio de Educación y Cultura otorgó el año 2002 a 17 personas y tres entidades por su relevante trayectoria en el mundo del cine, teatro, pintura, música, literatura, arte y moda. Y los toros, que también estuvieron representados en la persona de Manolo Vázquez, el insigne torero retirado hace tiempo. A la ceremonia acudieron autoridades, premiados, 200 invitados y 15 monjas de clausura, que abandonaron su tranquilidad por una tarde y, detrás de su reja, contemplaron el acto.

La música abrió la entrega de medallas. El primero en recibir su galardón de oro fue el barítono malagueño Carlos Álvarez. También el cantaor Juanito Valderrama fue reconocido con este premio. El mundo del cine y el teatro estuvo representado con los actores Carlos Larrañaga, Florinda Chico, Manuel Alexandre y Rafael Álvarez, El Brujo, y con el director de La lengua de las mariposas, José Luis Cuerda. El ámbito de la pintura y el dibujo lo representó el pintor Darío Villalba y el dibujante Antonio Mingote; a título póstumo recibieron la medalla los familiares del pintor Eduardo Úrculo, la galerista Carmen Gamarra y el crítico Mario Antolín. Elio Bernhayer y Toni Miró, que excusó su presencia en el acto, fueron los galardonados del mundo de la moda. Germán Sánchez Ruipérez, fundador de la editorial Anaya, también fue galardonado. Las instituciones que también estuvieron representadas en los premios fueron el Palau de la Música Catalana, la Fundación Loewe y la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Mingote fue el encargado de representar a todos los premiados.

El acto tenía previsto comenzar a las siete de la tarde, pero hasta los reyes sufren retrasos. No llegaron al aeropuerto de la ciudad hasta casi las 19.15 y eso hizo que la espera fuera larga. Los premiados e invitados estaban en el interior de la iglesia desde las 6.45. Más entretenida era la espera en el exterior, en el patio a la puerta de la iglesia. Allí esperaban las autoridades que debían saludar a los reyes. Allí, en amigable tertulia estaban la ministra de Educación, Pilar del Castillo, y el presidente del Parlamento Andaluz, Javier Torres Vela. Por allí andaban también, buscando tema de conversación, las que siempre fueron fuerzas vivas de las ciudades: el arzobispo de Granada, un par de militares de alta graduación y el alcalde, José Torres Hurtado.

Por cierto, también se pudo ver a los desheredados de la política: Gabriel Díaz Berbel, conocido en la ciudad como Kiki, alcalde del Partido Popular hace ya unos años, que no perdía la sonrisa y que se empeñaba en ocupar un puesto en ese corrillo de autoridades con mando efectivo en plaza, a pesar de que a él, aparentemente, ya no le queda mando alguno. Más discreto, mucho más, fue el anterior alcalde socialista de la ciudad, y actual concejal de a pie, José Moratalla. Procuró llegar con antelación, para hacerse notar poco y llegó acompañado de su segundo de abordo en el Consistorio, Juan Montabes. Como un rayo, los dos se apresuraron a entrar en la iglesia donde se iba a celebrar la entrega de medallas y se escabulleron. También estuvieron en el acto, entre otros, Miguel Ríos, Luis Antonio de Villena y Laura Valenzuela, entre las caras más conocidas.

Finalmente, la llegada del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, anunció que la espera tocaba a su fin. Chaves, que sí estaba bien informado de la situación, llegó apenas un minuto antes que los reyes. Sin embargo, su llegada fue la más accidentada. Antes de llegar al recinto, su coche debía traspasar un antiguo arco de la muralla del recinto. Se ve que nadie había avisado a su conductor que, tras dar marcha adelante y atrás varias veces, optó por dejar a su presidente a la puerta del recinto. Chaves tuvo así que andar 80 o 90 metros para alcanzar el patio de entrada a la iglesia y esperar a los reyes. Se ve que lo tomó con humor porque la escasa espera antes de llegar los reyes se rellenó con su problema automovilístico. La charla, por cierto, entre Chaves y Torres Hurtado duró aproximadamente un "hola" y poco más.

Y por fin, llegaron los Reyes. Con un "¿Qué hay Pepe?" saludó don Juan Carlos al alcalde de Granada. Y de ahí, al acto. Tras la entrega de medallas, el Rey y la reina Sofía pasaron a saludar a las monjas jerónimas, con quien estuvieron charlando un rato.

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