Especulación urbanística
Un paréntesis vacacional, en la actividad laboral, permite muchas veces tomar contacto con la realidad, una realidad que permanece ajena durante la mayor parte del año, como consecuencia de las ocupaciones cotidianas que absorben todas nuestras energías. Y un ciudadano que ha nacido en una ciudad como Madrid, contempla con inquietud la ingente escalada de la expansión urbana, en favor de un supuesto desarrollo mal entendido... Urbanizaciones que al amparo de las leyes se extienden sin límite territorial a una velocidad sin parangón en la historia urbanística, por la referida Ley del Suelo, en la que todo suelo es prácticamente válido para urbanizar: el cuento es que con la enorme oferta, bajarán los precios de la vivienda... La cruda realidad es que la inversión en vivienda se ha convertido en un valor refugio seguro, de pequeños medianos y grandes inversores, poniendo entre las cuerdas, un derecho fundamental de todo español: el derecho y el acceso a una vivienda digna. Hoy por hoy, este derecho no se cumple en la clase media, por los precios desorbitados a los que han de hacer frente para acceder a la misma. Excluidas aquí las viviendas de protección oficial, a las que prácticamente has de ser un mendigo para optar a una vivienda protegida.
Sigo insistiendo una vez más, en la falta de miras de nuestros políticos y gobernantes a todos los niveles: Gobierno, comunidades, corporaciones locales, estas últimas sin duda las responsables de esta expansión, que van a poner en serio peligro, si no lo están haciendo ya, los recursos naturales, que hay que recordar que son limitados. El agua junto a los hábitats será un problema de aquí a pocos años, y marcarán para siempre el modo y la calidad de vida de las generaciones futuras. De ahí la enorme responsabilidad que recae en los políticos que legislan y administran.
Capítulo aparte sería hablar del endeudamiento al que los gobiernos autónomos y corporaciones locales someten nuestras arcas públicas. No hay fronteras ni límites para las infraestructuras que se extienden más y más: la visión de nuestros administradores es: hay más vehículos, hay que hacer más carreteras. No puede haber un desarrollo a cualquier precio, sino una eficaz administración de los recursos limitados de los que se disponen y la novedad: una política de cooperación e inversión en los países origen de la inmigración, que frene el aumento de población sobre las grandes ciudades y que garantice una convivencia armoniosa en las ciudades. La ayuda al desarrollo de países pobres, es un nuevo concepto de seguridad para los países desarrollados, si desean estabilidad en sus propios países.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.