Gerardo Vera vuelve al teatro con Maribel Verdú y una "radiografía crítica de la juventud" de La Bute

Gerardo Vera, escenógrafo, figurinista, director escénico y cinematográfico, vuelve al teatro

, territorio en el que inició su trayectoria profesional, tras un lustro de alejamiento. Lo hace con Por amor al arte, obra de Neil La Bute que su propio autor llevó al cine, tras triunfar en Londres y Nueva York, bajo el título de The shape of things.

El montaje, que se presenta mañana en el teatro Albéniz de Madrid tras haberse estrenado en Bilbao, cuenta en el reparto con Maribel Verdú, Juanjo Artero, Beatriz Santana y Cristóbal Suárez. Todos ellos, incluido Vera, han sucumbido ante una obra de teatro que consideran heredera de los grandes dramaturgos estadounidenses del siglo pasado, pero que ahonda en una generación (la de hombres y mujeres en torno a los treinta años) que es la gran olvidada de la escena internacional: "De ahí que estemos ante una especie de radiografía crítica de una juventud desorientada, poco cultivada y muy implicada en una sociedad en la que importa más el mercado que los sentimientos", señala el director, quien confiesa que esta obra le ha hecho reconciliarse con los textos dramáticos: "Es demoledora, al tiempo que divertida, intensa y con una gran dosis de suspense que hace que el espectador tenga que dar un giro mental en mitad de la función".

Vera, que afirma que esta vuelta al teatro es definitiva, señala que no se fue enfadado con el arte escénico: "Tengo cabreo con la sociedad española, que está culturalmente enferma. Estamos creando cultura de acontecimientos. Tanto a los políticos del PP como a los del PSOE les importa un bledo la cultura, hay un machaconeo continuo de teatro conservador y malo, hay espectáculos cuyos responsables deberían ser llevados a la cárcel por atentado cultural".

Los actores consideran que Vera les ha propuesto un juego fascinante aunque lleno de dureza: "Nos ha apretado mucho las tuercas", dice Maribel Verdú, mientras su compañero Juanjo Artero afirma: "Es un gran director de actores y eso es muy importante a la hora de lograr un trabajo sólido". Verdú se vuelve a enfrentar con un personaje que poco tiene que ver con ella. Una joven ambiciosa que reproduce comportamientos masculinos: "No me identifico con ella y eso hace que me involucre mucho con el personaje hasta el punto de creer que soy otra persona". Vera está encantado con su cuarteto: "El teatro es implacable, ahí es donde se ve o no el talento de la gente y me he encontrado con estupendos actores".