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DÍAS DE OCIO

El Retiro posa en la plaza Mayor para relatar su historia y su intimidad en grabados y fotografías

El Retiro ha salido de paseo. Acude a la plaza Mayor para recibir, en la Casa de la Panadería, un homenaje fotográfico. Se lo brindan el Museo de la Calcografía Nacional y el Centro Mesonero Romanos, escaparate del Instituto de Estudios Madrileños, principal centro de saberes locales. El Retiro, un parque para todos cuenta, por ello, con credenciales y documentación para ser un éxito. La exposición relata de manera minuciosa y bella la historia del mejor de los parques capitalinos.

Abarca 29 paneles en los que el visitante recorre paso a paso la vida de este jardín que nació desde unas huertas enclavadas alrededor de un monasterio de frailes jerónimos. Los monjes llegaban desde un cenobio hincado sobre un inclemente humedal de El Pardo, con la venia rubricada en 1503 por los Reyes Católicos. Juan Bautista de Toledo, misterioso trazador del monasterio de El Escorial, irguió allí el Cuarto Real para retiro de Felipe II, de donde nació el nombre del jardín magno, destrozado por la francesada de 1808 y propiedad del pueblo revolucionario del Madrid de 1868. De entonces a hoy, el Retiro ha crecido en extensión hasta sus 118 hectáreas. De las magras hortalizas y berzas monacales ha pasado a disponer de 17.690 árboles; los estrechos portillos conventuales son ahora 17 puertas, alguna tan bella como la encargada en 1689 por la regente Mariana de Neoburgo, hoy frente al Casón del Buen Retiro. También contuvo el paraje hasta siete ermitas, hoy desaparecidas. En el siglo XVIII fue el Retiro capital europea de la ópera, con Farinelli de maestro de ceremonias. De los pozos y fontarrones cenobiales pasó el Real Sitio a contar con cursos o masas de agua como la enigmática Fuente Egipcia o el propio Estanque Grande, antiguo escenario de festivos combates navales, las naumaquias; hoy, sus 35.680 metros cuadrados de superficie perimetrada en piedra albergan, según su última desecación, 58.265 metros cúbicos de agua, con carpas de hasta 11,4 kilos.

A los números, esta exposición añade curiosidades que causan la emoción íntima de los adultos que conocieron el anterior y venerable aspecto del Retiro. Así, una rarísima foto exhibe las pequeñas librerías municipales -los niños llamaban al funcionario municipal que la administraba Cuatrimotor, por sus densas lentes- que les prestaba libros. Se dedican otras a la Casa de Fieras, con el estrellato de la osa Juanita, que chupaba los hierros de su jaula, a lujuriosos monos o su elefanta, quizá la misma que un día se escapó a trompazos hasta una aromada tahona del centro de la ciudad.

Pese a añorarse la historia arbórea del parque y, sobre todo, una galería de paseantes ilustres, desde Julio Álvarez del Vayo a Ramón Serrano Súñer, la exposición informa, entretiene y permite a la evocación alzar su altanero vuelo.

El Retiro, un parque para todos. Lunes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. Fines de semana, sólo mañanas. Entrada gratuita. Plaza Mayor, 27.

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