Don Lay, un chino con recetas insólitas
Aunque pasa inadvertido en un barrio de la periferia madrileña y ningún atractivo estético incite a traspasar sus puertas, quizá sea el restaurante chino más auténtico de cuantos trabajan en el ámbito capitalino.
Don Lay, especializado en cocina cantonesa, ofrece recetas insólitas que se desmarcan de otros establecimientos. Su sopa de pollo negro (ave de plumas blancas y piel azabache), que se sirve en tetera y se considera un poderoso reconstituyente, es algo infrecuente. Lo mismo que las dos docenas de sugerencias que figuran con sus correspondientes fotografías en una carta separada. Joyitas gastronómicas con las que es difícil equivocarse.
Entre los platos al vapor merecen la pena los shao mai (pastelitos de carne de cerdo y gambas); los zi cai juan (rollitos de carne, cangrejo y algas); los chashaochang (canelones rellenos de carne asada), y las pai gu (costillitas de cerdo en salsa de alubias). Su refinamiento queda en evidencia en platos tan convencionales como el arroz frito con verduras, de punto impecable. O en el gallo de mar al vapor, con jengibre y salsa de soja, una verdadera delicia.
Es una lástima que fallen en algo tan sencillo como los fritos. Por culpa de aceites fatigados por el uso, los chun juan (rollitos de gambas secas) resultan seriamente perjudicados. El servicio está desorientado y los postres, como suele ser habitual en todos los orientales, bajan la media. Para beber, cerveza, el mejor trago para este tipo de platos.
Don Lay. Paseo de Extremadura, 30. Tel. 91 463 45 46. No cierra. Precio por persona, entre 25 y 30 euros.
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