Old Trafford aclama al rey
Beckham, criticado por los hinchas del Manchester, ovacionado por los de la selección
"Espero volver con el Real Madrid en algún momento de la temporada"
"¿Para qué ha escrito ese libro? ¿Por publicidad?, ¿por dinero?", se preguntan los hinchas
Lejos del Madrid, donde no manda ni a Pavón, y mucho más lejos del Manchester, donde el entrenador le hacía la guerra. Para Beckham la selección inglesa es un puerto de refugio. Allí es el capitán, la máxima autoridad por encima del seleccionador sueco, Sven Goran Eriksson, que, al parecer, ocupa el respetable lugar de consejero. "He decidido jugar y eso es lo que le he comunicado al técnico", dijo, en la conferencia de prensa previa al partido. La prensa especulaba con la posibilidad de reservarle y así evitar otra tarjeta amarilla que lo dejaría fuera del partido decisivo, ante Turquía en Estambul. Pero él se soltó el pelo y se envolvió en una bandera inglesa para que los fotógrafos tuvieran carnaza antes del partido. Ayer saltó al campo el primero, con una niña y un niño en brazos. La gente le aclamó como al rey, al grito de "¡Dios salve a la Reina!".
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