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La Delegación del Gobierno expulsa de Ceuta a 24 extranjeros para descongestionar el centro de acogida

La Delegación del Gobierno en Ceuta comenzó ayer un plan especial para enviar a la Península a inmigrantes acogidos en el Centro de Estancia Temporal (CETI). El plan pretende descongestionar el centro con el propósito de facilitar el ingreso en él de los más de 400 subsaharianos y magrebíes que duermen en el campamento levantado por la organización Médicos sin Fronteras.

La operación se desarrolló a las nueve de la mañana con la salida del primer grupo de subsaharianos, que fueron escoltados por agentes del Cuerpo Nacional de Policía hasta un centro de internamiento de extranjeros en la Península.

Los primeros expulsados son 24 inmigrantes de Ghana, República de Guinea y Guinea Conakry, a los que no se le ha admitido a trámite su solicitud de asilo político y que serán devueltos a sus países de origen en aplicación de la Ley de Extranjería.

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La puesta en marcha de esta medida fue anunciada a finales de la pasada semana por el delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro, quien apuntó que la única alternativa para desalojar el campamento de Médicos sin Fronteras (MSF), instalado en una pista de entrenamiento militar a unos 50 metros del CETI, era la paulatina ocupación de plazas en este centro, que hasta ayer tenía sus 420 plazas cubiertas, por parte del colectivo de inmigrantes que malvive en el monte y que es atendido desde principios de julio por voluntarios y trabajadores de la ONG.

El objetivo del Ministerio del Interior es que en las próximas semanas se continúe descongestionando el centro de acogida enviando a centros de Andalucía, Valencia y Madrid tanto a los refugiados como a aquellos extranjeros cuyas peticiones de asilo no hayan sido admitidas por Extranjería.

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Mientras, en el asentamiento de Médicos sin Fronteras se vive una tensa calma a la espera de que la Delegación del Gobierno haga efectiva la orden de desalojo que comunicó a la organización el pasado jueves.

El campamento que esta ONG abrió en verano atiende a los más de 400 inmigrantes que han entrado clandestinamente en los meses de julio y agosto a través del perímetro fronterizo que separa Ceuta de Marruecos. Estos inmigrantes vivían, según MSF, en condiciones infrahumanas, rodeados de basura y sin ningún tipo de acceso a servicios básicos.

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