Jun cambia las papeletas por tarjetas electrónicas
La localidad granadina, de 2.500 habitantes, inaugurará en las autonómicas andaluzas el voto electrónico no presencial
Apenas a dos kilómetros de Granada hay un pequeño pueblo de unos 2.500 habitantes que ha conseguido ponerse en los mapas por la desenvoltura con la que sus vecinos utilizan las nuevas tecnologías. La trayectoria de Jun -donde el acceso a Internet fue proclamado un derecho de todos y donde nueve de cada 10 vecinos tiene móvil y un 80% ha hecho cursos de informática y acceso a Internet- le ha valido para convertirse en conejillo de indias de unas elecciones con voto electrónico no presencial. Es decir, aunque los vecinos estén fuera de su pueblo. Será en las autonómicas andaluzas, que podrían coincidir con las generales de marzo de 2004.
"Hay un gran interés de la Junta por incorporar este nuevo sistema, porque otros países de vanguardia no tienen municipios donde se dé la situación que vive Jun, y eso nos va a permitir sacar muchas conclusiones", explica el director general de Política Interior de la Junta de Andalucía y por tanto responsable electoral, Juan María Cornejo, para quien la alta abstención de las convocatorias electorales obliga a las administraciones a ensayar nuevos sistemas que puedan fomentar la participación.
Nueve de cada diez vecinos tienen móvil y el 80% ha hecho cursos de acceso a Internet
Eso sí, recuerda que mientras no se cambie la Ley Electoral, la experiencia no será vinculante y, por eso, los vecinos también tendrán las urnas tradicionales. "A lo mejor encontramos sorpresas, como que hay más personas que votan por Internet que con papeleta. O también que gana un partido en la urna y otro en la Red", dice.
El sistema de votación que se ha acordado con la Junta es a través de la firma electrónica y, para ello, se ha contactado con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que la proporcionará. "Además, nos gustaría que los primeros DNI electrónicos fueran para ciudadanos de Jun", explica José Antonio Rodríguez, teniente alcalde del municipio, en el que el PSOE gobierna por mayoría y, aparte, sólo hay representación de IU.
También hay convenios con Telefónica Móviles, que proporciona la tecnología GPRS para que se pueda votar a través de terminales móviles; con la Universidad Politécnica de Madrid, que aporta la plataforma de voto seguro en la Red denominada Votescript, y con el Instituto Tecnológico de Massachusset, que tiene un proyecto avanzado para establecer un sistema biométrico de votación -donde se reconocen características físicas del votante, como el iris o la energía corporal, para que no se pueda suplantar su personalidad- en futuras convocatorias.
El día de las elecciones, cada vecino de Jun votará con una tarjeta electrónica y a través de un lector instalado en el ordenador. "A las nueve de la mañana, el presidente y los vocales de la mesa introducirán sus tarjetas e iniciarán de esta forma las elecciones", explica Rodríguez. "No tendrán que estar en un colegio electoral, sino que podrán hacerlo desde sus casas, o como si quieren estar en la playa".
El sistema Votescript les permitirá conocer quién ha entrado para votar, pero no podrán ver a quién se elige hasta el fin de la convocatoria. También habrá lugar para que participen ciberinterventores que, simplemente, introducirán su tarjeta para que se les de acceso a la misma información.
El cierre de las urnas también lo indicará el presidente y desde ese momento los miembros de la mesa electoral sólo verán el resultado, pero no los votantes. El Ayuntamiento de Jun ha dispuesto un plazo de 15 días, en el que los vecinos podrán comprobar con su tarjeta que su nombre sigue asociado al voto que emitió. "Con una sola mesa se cubren zonas completas", asegura el teniente de alcalde, "y eso permite un ahorro en los costes incalculable: de dietas, de financiación del dispositivo de seguridad, de funcionamiento".
En el pueblo la propuesta se acoge con opiniones diferentes, entre otras cosas porque apenas se ha divulgado. "Yo no lo veo bien. Habrá gente que no entiende el sistema, que no sabe. Es que el voto es secreto ¿no?", dice Ángeles, de 38 años, mientras su hermana Yolanda, de 28, asiente.
Miguel Serrano, pensionista de 68 años, cree que le falta información. "Mi señora me dijo que habría una clave y que nadie vería lo que votas. Pero eso es un voto secreto y a mis cortas luces no sé cómo va a ser", dice. "Es que en un pueblo no hace falta que digas a quién votas, se nota de dónde eres y de qué". Aunque luego concede que, gracias a las nuevas tecnologías, Jun ha avanzado mucho. "En tecnología estamos muy bien ¿sabe? Y si José Antonio [el teniente de alcalde] dice que se puede votar así, cuando lo dice él...".
Los más jóvenes son los que acogen mejor la iniciativa. Como Natanael Casares, de 24 años. "Es mucho más rápido. La última vez yo no voté porque no estaba aquí. Con esto habría podido votar", asegura. La inseguridad no le preocupa: "Será una mano neutral la que se ocupe de eso. De todas formas, los jóvenes ya estamos acostumbrados a comprar en Internet y usamos la tarjeta de crédito y todo esto nos da menos miedo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.