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Giscard d'Estaing critica la falta de europeísmo del Gobierno francés

Valéry Giscard d'Estaing, uno de los padres del euro y del proyecto de Constitución Europea, aprovechó su presencia en un acto organizado por la derecha francesa para reprender al Gobierno de París por falta de respeto al control del déficit público. "No podemos tener una moneda común sin elementos comunes de política económica y presupuestaria común", dijo el presidente de la Convención Europea ante numerosos dirigentes franceses, entre ellos Alain Juppé, el presidente del partido en el poder.

Acogido con clarines de aire torero y gritos de "oleeeeeee..." -el acto estaba organizado como una "fiesta de la juventud europea"-, Giscard dejó boquiabiertos a los dirigentes de su país al recordarles que no pueden hacer de su capa un sayo: "Hay responsabilidades nacionales que se ejercen en el marco europeo. No se pueden separar las responsabilidades nacionales del marco europeo", les espetó.

La réplica fue directa a la yugular del primer ministro, Jean-Pierre Raffarin -que no estaba presente-, quien prácticamente había ignorado a la Comisión Europea y a los dirigentes de los países respetuosos del Pacto de Estabilidad, diciendo que su primer deber "no es el de dar explicaciones sobre ecuaciones contables y hacer problemas de matemáticas para que tal o cual despacho en tal o cual país esté satisfecho", tras anunciar una rebaja del 3% en el impuesto sobre la renta y una desviación del déficit público hasta el 4% del PIB.

Política económica

A un mes escaso de la Conferencia Intergubernamental (CGI) -en la que se aprobará o no la Constitución Europea- se comprende la preocupación de Giscard d'Estaing por la actitud del Gobierno de su país. "Sin elementos comunes de política económica y presupuestaria, los virtuosos pagan los errores de aquellos que los cometen", martilleó Giscard, refiriéndose a los sacrificios aceptados por los que mantienen el déficit debajo del 3%.

La desautorización es punzante para Raffarin, que se considera discípulo político de Giscard d'Estaing, y le cita a menudo como fuente de autoridad moral. Pero constituye también un aviso al presidente francés, Jacques Chirac, que a todas luces ha exigido a Raffarin el cumplimiento de su promesa electoral de rebajar los impuestos, independientemente de la mala coyuntura y a despecho de que eso agrande el déficit público.

Las críticas del centrista Giscard d'Estaing completan las de Michel Rocard, ex primer ministro socialista: "Como de costumbre, los franceses aparecen (ante los demás países) como arrogantes, dando lecciones a todo el mundo, haciendo lo que les da la gana y no respetando los pactos que habían aceptado".

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